La minoría decisiva

Un nudo cada vez más complicado de desatar es lo que se ha formado en la política israelí tras la reciente elección legislativa cuyo resultado dejó vencedor por estrecho margen, al ex comandante de las Fuerzas de Defensa de Israel, Benny Gantz, sobre el actual Primer Ministro Benjamín Netanyahu, los candidatos mejor posicionados en todas las encuestas y sondeos de boca de urna.

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Pero lo increíble es que ambos candidatos dependen de un partido minoritario, que consiguió ocho escaños y cuyo líder es el ultraderechista Avigdor Lieberman, para poder formar gobierno. El partido Kajol Lavan de Gantz obtuvo 33 escaños mientras que el Likud de Netanyahu, 31.

Avigdor Lieberman, lider del partido secular Yisrael Beiteinu

El sistema de alianzas para la formación del Gobierno que el Presidente delega al líder del partido con mayor representantes dentro de la coalición, hace que quien triunfe en las elecciones no necesariamente sea quien lo presida. Lo hará el partido que consiga los mejores socios.

El pasado 17 de setiembre, casi 8 millones de israelíes acudieron a los comicios legislativos para elegir a 120 miembros de la Knesset, el Parlamento de Israel, por un periodo de cuatro años.

Nada fuera de lugar de no ser porque es la segunda vez en el mismo año que se realiza este tipo de elecciones, algo que sucede por primera vez en la historia desde la fundación del Estado de Israel en 1948.

En diciembre de 2018, la salida del gobierno del entonces Ministro de Defensa, el ultraderechista laico Avigdor Lieberman, derrumbó la coalición de partidos de derecha, tanto religiosos como laicos que sostenían a Netanyahu, por lo que éste se vio obligado a convocar a elecciones de manera anticipada y a blindar sus alianzas con los influyentes partidos políticos que aglutinan a los ortodoxos.

Benjamin Netanyahu

Lieberman se apartó del gobierno, molesto por la manera tibia e irresoluta con la que Netanyahu enfrentó más de una semana de ataques con cohetes desde la Franja de Gaza y desde entonces su partido, Israel Nuestro Hogar, ha crecido fuertemente en las preferencias, al punto que hoy es el factor decisivo para la formación del nuevo gobierno.

En ese momento e incluso ahora, para Netanyahu, resolver la cuestión de los continuos ataques de Hamas y la Jihad Palestina no son prioridades a pesar del sufrimiento que eso genera a las productivas zonas del sur de Israel que incluso ha amenazado por momentos a ciudades importantes del centro del país como Tel Aviv, Bersheva o Kfar Sava.

Cohetes lanzados desde la Franja de Gaza hacia Israel.

La principal preocupación en materia de seguridad son Irán y el Hezbollah, que con sus operaciones en Siria e Irak, buscan acercarse a las fronteras norte de Israel, operando ya incluso desde el Líbano en las narices de la fuerza multinacional de las Naciones Unidas.

No ha sido solamente la tibia reacción a los ataques de Hamas y Jihad Palestina lo que llevó a Avigdor Lieberman a enfrentar a Netayanhu al punto de abandonar el gobierno, sino también la cuestión de privilegios para los ultra ortodoxos, quienes no cumplen con el Servicio Militar Obligatorio para todos los residentes en Israel.

Tanto en abril como en setiembre de este año, ninguna coalición de partidos políticos han logrado obtener el mínimo de 61 votos necesarios para formar gobierno.

La Lista Árabe Unificada, un partido que aglutina a los diversos movimientos de ciudadanos árabes israelíes, se ha convertido en la tercera fuerza al obtener 13 escaños, por debajo de los 33 del partido de Gantz y los 31 de Netanyahu. Pero este partido no es considerado por ninguna coalición pues está en contra de la existencia del mismo Estado al que pertenecen políticamente ni tampoco ellos tienen interés ni intención de formar gobierno con otros partidos israelíes..

Tras definirse todas las coaliciones entre los partidos de derecha, centro, izquierda, laicos y religiosos, los números indican que ni Gantz ni Netanyahu podrán formar gobierno si no agregan al partido de Lieberman a su coalición pero es allí donde se tropieza con el el nudo político.

Benny Gantz, ex jefe del ejército de Israel.

El exministro desea formar un gobierno de unidad nacional que incluya a los dos líderes más votados, pero sin definir quien lo presidirá y en ese contexto, ni Gantz ni Netanyahu están dispuestos a ceder al otro esa posibilidad.

Lieberman ya afirmó que no formará gobierno con la coalición derechista religiosa de quienes lo separa una visión nacionalista que va mucho más allá de la cuestionada decisión de anexar el Valle del Jordán, que Netayahu utilizó en los últimos días de la campaña electoral.

El político nacionalista considerado de extrema derecha, militaba en el mismo partido que el actual Primer Ministro, el cual abandonó por considerar que eran exageradas las concesiones a los palestinos, es un decidido político anti-árabe y entre las propuestas de su partido Israel Nuestro Hogar (Yisrael Beitenu en hebreo) está la posibilidad de transferir a toda la población árabe de Israel a Cisjordania a cambio de algunas concesiones territoriales.

El Presidente de Israel Reuven Rivlin.

Salvo que el presidente Reuven Rivlin haga uso de una de las pocas atribuciones que tiene y designe dentro del plazo máximo de 60 días a otro diputado para formar el nuevo gobierno, el político nacionalista Avigdor Lieberman es hoy dueño de la minoría decisiva, esa que puede influir de manera fundamental en dicha formación o quizás Benny Gantz y Benjamín Netanyahu dejen de lado sus personalismos y entre ellos dos, formen un gobierno de unidad nacional, en momentos que Donald Trump aguarda la culminación de este extenuante camino electoral para lanzar de una vez su tan mentado Acuerdo del Siglo, que pretende poner fin al conflicto palestino-israelí.

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