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Ayer se reunió con KachiBachi y Latorre’i y evidentemente se dejó convencer con mucha facilidad, privilegiando la “buena relación” con los legisladores y dando la espalda a la gente.
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El reiterativo y cansador discurso de campaña de “vamos a estar mejor” se entierra definitivamente hoy. Si alguien tenía todavía algo de esperanza en este gobierno cartista, suponemos que ya se habrá convencido de que poco o nada le interesan las acuciantes necesidades de la gente.
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Ayer un jefe médico de un hospital pediátrico reveló la cruda realidad de los centros públicos: falta de insumos, baja paga y escaso personal. Incluso venden hasta pan dulce para cubrir las necesidades.
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¿Recuerdan el videíto de Santítere luego de visitar el Hospital de Itauguá? Puro teatro. Las cosas empeoran a medida que avanza su gobierno.
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Literalmente les están pasando por encima a Santítere y a sus colegas “profesores doctores” de universidades del exterior para desgracia del país. Ni siquiera tiene permiso –y, al parecer, tampoco ganas– de rebelarse contra el sistema político. A medida que suben gua’u la recaudación, se hace vito con el dinero público.
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Cuentan los que saben que hay una feroz puja en la bancada oficialista entre “Cheis Pleit” y “Trato Apu’a”. Parece que KachiBachi está operando detrás para privilegiar con jugosos aumentos y beneficios siempre a su entorno directo.
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Para “la exportación”, todo está bien. Pero al interior de la bancada “se comen los ojos”.
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Si se aplica la jurisprudencia Kattya González, el diputado cartista “Bocha” Figueredo tiene que ser expulsado del Congreso. Estuvo alojando a una supuesta planillera, prima del ministro y senador con permiso Juan Carlos Baruja.
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Obviamente no va a pasar nada porque hasta el momento el cartismo con apoyo de sus aliados tienen el control absoluto del Congreso.
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El bravucón geniolón no dice nada al respecto. Pero por el mismo hecho, dijo de todo de Kattya.