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El imputado cartista Erico Galeano está rompiendo récords. En primer lugar, tiró al basurero la sugerencia de su aliado Santi Peña para que se someta a la justicia. Olímpicamente le ignoró a su presidente electo.
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En la semana presentó tres chicanas para no acudir a la audiencia preliminar. Y para colmo, planteó una chicana sobre su chicana.
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Como esos arqueros de fútbol que hacen pasar el tiempo, Erico chicaneará todo el mes de junio porque busca jurar como senador electo a fin de mes para recuperar su fuero.
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En julio sus abogados volverán a insistir que adquirió de nuevo el fuero y que requiere que sea desaforado de vuelta. Así irán dilatando el proceso.
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Y como se requiere mayoría de dos tercios (de los presentes) y los colorados serán mayoría, entonces se considera un “blindado político”.
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Ojalá que la propia Corte golpee la mesa y castigue a todos los abogados chicaneros que solo buscan impedir que sus clientes se sometan a la ley.
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Igualmente, sería lamentable que la Diosa Astrea le libere a Mbururú por el simple hecho de que tiene que jurar. La cantidad de votos que obtiene un candidato nunca debe estar por encima del Código Penal.
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Así como están las cosas no habrá unidad en la bancada de la ANR en el Senado y se está formando una vez más un frente anticartista.
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Todavía no está todo definido, pero si “Cachito” u otro senador no cartista es elegido presidente del Congreso, el Gobierno del “Patrão” comenzará con el pie izquierdo.
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Preocupa en la Fuerza Aérea el posible retorno de un general del aire que ya pasó a retiro por su fuerte fanatismo por el “Patrão”.
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Su eventual retorno causará un descalabro en el escalafón militar y sentará un antecedente funesto en la institucionalidad. Ya pasó a retiro y quiere volver con un fuerte tufo a venganza.