Uno de los temas de los que poco se habla es la soledad en el liderazgo, que impacta profundamente en quienes ocupan posiciones de decisión. Para abordar esta compleja faceta, ABC Negocios conversó con Alfred Pajés, experto en liderazgo y máster en negocios, quien compartió reflexiones y estrategias sobre cómo los líderes pueden gestionar este sentimiento de aislamiento, mantener su vocación de servicio y fortalecer su rol dentro de las organizaciones.
Lea más: Alfred Pajés presenta su libro “los nuevos poderes del lider”
Liderar, más que dirigir
Desde su experiencia, Pajés explica que el liderazgo no se limita a dirigir un equipo, asignar tareas o establecer objetivos. “Ser líder implica mucho más: mantener vivo el propósito, promover el crecimiento del equipo y garantizar que las metas trazadas se cumplan”, comenta. Sin embargo, señala que esta responsabilidad también trae consigo desafíos personales que a menudo no se comparten con nadie.
Entre las mayores satisfacciones del liderazgo, Pajés destaca la evolución de los equipos, el impacto positivo en las organizaciones y el logro de metas profesionales. Pero no oculta que hay momentos en que el peso de las decisiones puede generar una desconexión emocional.
El peso de decidir en soledad
“La toma de decisiones es uno de los aspectos más desafiantes del liderazgo porque no se puede delegar”, afirma Pajés. Estas decisiones, agrega, no solo afectan la estrategia y los resultados, sino también el futuro de las personas involucradas. “A menudo, los líderes enfrentan estas decisiones en completa soledad; es ese tiempo para considerar y decidir, generándose así un aislamiento para pensar y dictaminar, lo que, en ocasiones, podría resultar contraproducente”, señala.
Según Pajés, esta “soledad” no es necesariamente física, sino más bien emocional. Esta converge en un retiro que aparece en los momentos clave, cuando el líder siente que nadie comprende la magnitud de lo que está en juego y requiere de definiciones estratégicas o determinantes.
¿Por qué los líderes se sienten solos?
Pajés explica que los líderes suelen experimentar esta desconexión por varios motivos. Por un lado, la responsabilidad creciente y el impacto de sus decisiones en la organización y los colaboradores generan una presión constante. Por otro, la falta de un entorno de confianza, donde puedan expresar sus inquietudes, amplifica esta sensación de aislamiento.
Algunos, inclusive, caen en esta situación porque tienen la necesidad de mantener una imagen profesional o quieren cumplir estándares mucho más altos que los demás, sobreexigiendo sus propias capacidades físicas y mentales”, comenta Pajés, quien destaca que reconocer esta situación es el primer paso para gestionarla y evitar que afecte su estabilidad emocional y productividad.
Estrategias para gestionar la soledad
Para contrarrestar los efectos de la soledad, Pajés comparte estrategias prácticas que, desde su experiencia, han demostrado ser efectivas:
- Coaching entre pares: El peer-coaching o coaching entre pares, es una estrategia que consiste en tener un grupo de pares, un consejo de confianza, conformado por colegas del mismo nivel donde todos hayan pasado situaciones similares y que puedan contenerlos desde sus propios aprendizajes, conocimientos, experiencias y habilidades. Se crea así una red de apoyo interna que aliviana su carga e impulsa su potencial individual.
- Mentoring: Una forma de estar acompañado por un mentor de confianza que pueda guiarlos y asesorarlos desde sus propios aprendizajes. Este mentor puede ser alguien de probada experiencia en manejo de equipos complejos y de alto rendimiento, que puede estar dentro o fuera de la organización. El mentor ayudará así a mejorar las habilidades de su mentee (pupilo o alumno) para alcanzar sus propios objetivos, brindar una segunda opinión, aprender a gestionar situaciones complicadas y acelerar su desarrollo profesional y personal.
- Relaciones laborales saludables: Una tercera y poderosa forma es construir relaciones interpersonales sólidas en el ambiente laboral, donde desde la confianza y la comunicación asertiva se puedan intercambiar pareceres que agreguen valor, le lleve a consensos y revisiones de alto impacto profesional y personal. Una estrategia que Pajés recomienda enfáticamente.
- Practicar la vulnerabilidad: Decir “no sé” o “no tengo todas las respuestas”, no es sinónimo de debilidad. Eso ayuda a conectar con las personas y a generar relaciones más empáticas y solidarias. Ser un líder fuerte no significa hacerlo todo solo o saber todo. Reconocer lo que uno no sabe desde la humildad, pero continuar compartiendo todo lo que se sabe desde la generosidad, es una fórmula poderosa para crear empatía y lograr resultados exitosos.
- Empoderar al equipo: Asumir todas las tareas no es sinónimo de efectividad. Cuando el líder se siente responsable de absolutamente todo sobrecarga su capacidad individual y oscurece su habilidad para tomar decisiones acertadas. Hacer partícipes a los miembros de su equipo en la revisión de asuntos críticos y la generación de ideas para posibles soluciones, descomprime su presión individual reduciendo la sensación de aislamiento.
El autoconocimiento como herramienta
Pajés subraya la importancia de que los líderes se conecten consigo mismos y con los demás para equilibrar su vida personal y profesional. “El autoconocimiento es una habilidad fundamental para gestionar escenarios complejos, reconocer las propias limitaciones y aceptar que la soledad forma parte del liderazgo”, explica.
Para el experto, invertir tiempo y energía en cultivar vínculos con colegas, equipos y profesionales de la industria no solo facilita la gestión, sino que también genera mejores ideas y fomenta la colaboración.
“La soledad del liderazgo es real. El consejo es reconocerlo, aceptarlo y actuar en consecuencia. Un líder que entienda eso y que trabaje en cómo gestionarlo será exitoso y eficaz en su gestión”, concluye Pajés.