Hace 11 años el Wall Street Journal, Citigroup y el Urban Institute premiaron a Medellín como la ciudad más innovadora del mundo por su rápido crecimiento en los ámbitos de la sociedad, el arte, la cultura, el emprendimiento y la infraestructura, superando incluso a ciudades como Nueva York y Tel Aviv.
Fue clave la participación de la ciudad en redes globales como Cities for Life y su rol como sede de eventos mundiales, como el Foro Económico Mundial para América Latina. La ciudad ha sido reconocida también con otros premios, como “hub mundial de la innovación” en 2017, otorgado por la agencia australiana “2ThinkNow” y como el destino más popular de América Latina en 2018, por Tripadvisor.
Medellín es la segunda ciudad más grande de Colombia, capital del departamento de Antioquia, con una población aproximada de 4 millones de habitantes y contribuye con el 20% del PIB nacional. La ciudad tiene una temperatura promedio de 24 °C durante todo el año, conocida como “la ciudad de la eterna primavera”.
Se destaca mundialmente por su sistema de transporte público, que incluye el metro inaugurado en 1995, tranvía, buses, bicicletas públicas y el metrocable puesto en marcha en 2004, el único sistema en funcionamiento de transporte público con estas características en Colombia.
En los años 80 y 90 la zona fue señalada como una de las ciudades más violentas del mundo, debido a la ola de terror que provocó el Cartel de Medellín liderado por Pablo Escobar, el narcotráfico y la guerra con el Estado. Sin embargo, se puso en marcha una transformación exitosa, que la posicionó como el centro de innovación más destacado de América Latina.
Políticas integrales, alianzas público-privadas e inversión inteligente en educación y tecnología, la convirtieron en un modelo global de resiliencia e innovación, que con voluntad política y decisión, podría ser replicado en la capital paraguaya.
La apuesta por la transformación urbana y social
El renacimiento comenzó con una transformación urbana, aportando por conectar a las comunidades más marginadas con el resto de la población mediante proyectos de infraestructura urbana.
Un claro ejemplo es el metrocable, un sistema de teleféricos que lleva a miles de personas desde los barrios más vulnerables hasta el corazón económico de la ciudad. Este proyecto mejoró la movilidad y generó nuevas oportunidades laborales y educativas para sectores históricamente excluidos.
Otro hito fue la creación de los parques biblioteca, espacios diseñados para fomentar la cultura, la educación y la inclusión social en zonas periféricas. Estos centros no solo ofrecen acceso a libros y tecnología, sino que también funcionan como puntos de encuentro comunitario.
Otro hito fueron las escaleras eléctricas en la Comuna 13, instaladas en un barrio estigmatizado por la violencia, convirtiendo a una de las áreas más conflictivas de la locación en un atractivo turístico y cultural de la ciudad. La plaza Botero, una galería al aire libre, también contribuyó a la estrategia global.
Ruta N: epicentro de la innovación tecnológica
En 2009 se inauguró la Ruta N, el centro de innovación que se ha convertido en el ecosistema tecnológico de la ciudad con más de 1.200 empresas tecnológicas, en el que se fomentan la investigación, el emprendimiento y el desarrollo empresarial. Conecta a startups locales con capital de riesgo, impulsa programas de aceleración y redes globales.
Desde Ruta N operan también empresas multinacionales como HP, Accenture y WeWork, donde el gigante tecnológico Google tiene sus oficinas, recientemente inauguradas en mayo de 2024. Estas empresas han seleccionado esta población como la base para sus operaciones en América Latina, generando importantes inversiones en la economía local, pero lo más importante, impulsando la transferencia de conocimiento y el desarrollo de talento.
Educación y tecnología
La educación ha jugado el papel clave en la transformación. Universidades como la Universidad de Antioquia y el EAFIT alinearon sus programas con las demandas del mercado global, formando profesionales en áreas como ciencia de datos, inteligencia artificial e ingeniería.
Además, los programas públicos como Medellín Ciudad Inteligente han promovido la adopción de tecnologías para optimizar servicios públicos, desde el transporte hasta la gestión energética.
El hub de la innovación y modelo regional
Medellín ha ganado reconocimiento como un centro de innovación en América Latina gracias a una combinación de varios factores estratégicos. Se destaca por su vibrante comunidad de startups y programas como Capital Semilla, que apoya a emprendedores locales. La cultura paisa, caracterizada por el emprendimiento y resiliencia, ha sido un factor importante en su evolución, que hoy le otorga ser sede de startups tecnológicas y un punto clave de la Cuarta Revolución Industrial en América Latina.
La ciudad ha demostrado que incluso territorios enfrentados, a desafíos extremos pueden reinventarse a través de la educación, la innovación y la inclusión social. En Paraguay, donde el crecimiento económico se enfrenta a grandes desafíos y brechas sociales y tecnológicas, este modelo podría servir como una inspiración para desarrollar ecosistemas locales de innovación que promuevan la inclusión, la prosperidad y el crecimiento sostenible.