¿Por qué invertir en Paraguay? Parece fácil de justificar: dinamismo económico, incentivos tributarios, mercados emergentes, capital humano, energía limpia, estabilidad macroeconómica y un clima de negocios favorable, conforman un conjunto de ventajas competitivas que han impulsado la inversión y el crecimiento en los últimos años. Sin embargo, desde una perspectiva interna ¿cuánto hemos capitalizado de este modelo de crecimiento y qué tanto ha beneficiado a la población?
Primero, la inversión extranjera viene siendo clave en el proceso de diversificación productiva. Paraguay ha captado más de US$ 3.000 millones en el sector comercial e intermediación financiera, principales receptores de capital extranjero. Este flujo de inversión ha sido altamente positivo para la economía, considerando el impacto real de estos sectores, a través de la generación de empleo, mejora de los ingresos y desarrollo de otras actividades económicas asociadas.
Más de US$ 2.000 millones se han destinado a la industria de la soja, carne y maquila, promoviendo la industrialización y la transformación hacia un modelo más sostenible e inclusivo. Como resultado, las exportaciones industriales crecieron 500% en los últimos 20 años, logrando una mayor inserción internacional, añadiendo valor agregado a los envíos e incrementando los ingresos de la economía. La maquila, en particular, se destaca por su aporte en el mercado laboral, generando más de 25.000 empleos, con un alto grado de especialización y fuerte enfoque social, donde las mujeres son protagonistas.
La construcción ha captado el “efecto derrame” de las inversiones extranjeras en sectores inmobiliarios, centros comerciales, hoteles, oficinas corporativas, restaurantes y otros servicios, experimentando un crecimiento de más de 30% de su PIB en la última década y creando más empleo y de mejor calidad.
La evidencia es contundente en cuanto a los avances en la economía paraguaya a partir de la inversión extranjera. Sin embargo, al compararnos con la región, todavía estamos rezagados. Según datos del 2023, los flujos netos en Paraguay ascendieron a US$ 324 millones, muy por debajo de países como Uruguay y Perú, que se ubican por encima de los US$ 3.000 millones. Además, la inversión extranjera representó en promedio sólo 1% del PIB en los últimos tres años, por debajo de la media regional, en torno al 3%.
Es probable que una restricción sea la escasa visibilidad de Paraguay, un factor que mejorará con la calificación de Grado de Inversión. Sin embargo, también hay obstáculos estructurales y los observadores externos coinciden en que los desafíos se concentran en la brecha de infraestructura, la baja calidad de la educación, la deficiencia de los servicios públicos, y las debilidades en términos de gobernanza e institucionalidad, especialmente en lo relacionado al control de la corrupción y la efectividad del Gobierno.
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La mejora de la calificación actúa como impulsor clave de este proceso, bajo la exigencia de mantener la disciplina y un compromiso sólido en corregir las debilidades que impiden consolidar a Paraguay como un destino atractivo para las inversiones.