La credibilidad del líder

El impacto que tiene la figura del líder en las empresas sigue siendo un factor fundamental para lograr resultados, manejar equipos y permanecer. No son retos menores, considerando que hemos visto innumerables veces donde la gente no renuncia a su trabajo, sino que renuncia a su jefe.

ABC Color
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Los cambios en las expectativas de los colaboradores, sumados a tendencias cada vez más innovadoras en la gestión del talento, hace que los líderes debamos ejercitar permanentemente la plasticidad mental y gestionar nuestros retos desde la adaptación y adopción de nuevas formas de operar. Conocimientos y estilos de gestión aprendidas en el pasado, pero readaptados a la realidad actual.

Anteriormente nos inspiraban líderes con experiencia y conocimientos indiscutibles, pero en estos tiempos las personas están siendo motivadas por líderes que además han sumado a su fórmula de gestión la credibilidad. Logramos energizar equipos y mantener su interés en los objetivos organizacionales por la sencilla razón de ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Mientras que los conocimientos técnicos pueden ir cambiando y renovándose, la credibilidad del líder emerge como algo transversal a todas las demás funciones que debería desarrollar en su gestión diaria.

Entonces, la simple influencia como tal no tendrá resultados óptimos si no ejercitamos esa característica para que otros no nos sigan, sino más bien nos acompañen a lograr resultados. Ese líder que crea una visión compartida logrará que sus colaboradores acompañen, se comprometan y se hagan responsables de sus metas, como consecuencia de un líder que ve en la suma de las diferencias el potencial de un equipo. El reciclaje personal y profesional no es solo una opción para los líderes de estos tiempos, sino una necesidad para permanecer. En este siglo existe una emergencia de reconversión no solo en habilidades y conocimientos técnicos, sino también en las habilidades de liderazgo.

Radiografía del líder creíble

Para que eso suceda, la gestión del capitán es fundamental. En un tiempo donde la digitalización absorbe estructuras enteras para operar de manera más eficiente y eficaz, la humanización del líder será la mecha que permita mantener encendida la energía para lograr cosas generando un ambiente de trabajo propicio para el bienestar tanto físico, mental y emocional de los equipos.

El líder creíble entonces será aquel capaz de liderarse a sí mismo primero, desde sus propias emociones, frustraciones y habilidades para luego amplificarse a su entorno. ¿Por qué? Porque la gestión de este es la que moldeará el comportamiento de su gente. ¿Cómo?

- El poder de la palabra. Construyendo relaciones interpersonales desde un estilo de comunicación abierta, honesta, clara y oportuna. No es lo “que” diga, sino “cómo” lo diga para que la gente lo acompañe.

- El poder de la humildad. Reconociendo sus debilidades desde la vulnerabilidad. Líderes que aprendan a decir “no sé” desde la humildad para compartir todo lo que saben desde la generosidad. Jefes que formen.

- El poder de la gratitud. Se necesitan más líderes emocionales. Aquellos que construyan equipos desde la predisposición y la transparencia. Nunca la “pregunta moral” fue tan importante como ahora: “cómo te sientes”, “en qué puedo ayudarte”, “gracias por tu compromiso”, “lo logramos”.

- El poder de la consciencia. Estar conectado con su aquí y ahora, comprometido con su proyecto y equipo. El líder no lidera ni el pasado ni el futuro, lidera el presente.

- El poder de la perseverancia. Hay que hacer que las cosas pasen con lo que tenemos a nuestra disposición. Si no sale a la primera, volver a intentar.

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