Marcelo brinda clases a los hijos de peones de una estancia en una agroganadera donde funciona una escuela privada. Esta tarea la realiza en horas de la mañana, y apenas finaliza esta actividad, aborda su motocicleta para recorrer 32 kilómetros hasta la zona denominada Florida. Allí, desde inicio de año, en una improvisada capilla religiosa, funciona una escuelita, donde reciben educación unos 20 alumnos, hijos de pequeños ganaderos y trabajadores de los alrededores.
Al caer los rayos del sol, el educador debe regresar a la citada agroganadera, por lo que diariamente cubre un trayecto ida y vuelta de 64 kilómetros. Este viaje lo realiza desde inicios de año, teniendo que soportar las adversidades de un camino poco transitado, en medio de la espesura del monte chaqueño, donde la constante es el encuentro con los animales silvestres. En algunas ocasiones debe transitar en medio de la lluvia o del intenso polvo, como lo es ahora por la prolongada sequía que se vive en toda esta región.
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El maestro y su encuentro con el “temido” yaguareté
“En una ocasión tuve que caminar 17 kilómetros debido a una falla mecánica de mi motocicleta, y otra vez, porque se acabó el combustible, camine 12 kilómetros”, menciona el educador. Durante una de estas largas caminatas, en medio de la total orfandad, “me topé cara a cara con el temible yaguareté. Para felicidad mía, el felino estaba con la panza llena, tampoco tenía cachorros y no era agresivo, por lo que solo me observó por unos minutos, y optó por perderse en el bosque”, sostuvo.
Comentó que en otro de sus viajes fue sorprendido por una intensa lluvia, que hizo que el camino se convirtiera en un verdadero lodazal, pero aun así pudo llegar a destino. Agregó que en estos días el desafío es soportar el intenso polvo a consecuencia de la prolongada sequía que registra todo el departamento, al tiempo de mencionar que “sin sacrificio no existe victoria”.
Improvisada escuelita
Ferreira sostiene que a inicios de año fue convocado por los padres de familia de la zona de Florida y le mencionaron la posibilidad de contar con su concurso para el desarrollo de clases a sus hijos, días después se realizaba una reunión en el mismo lugar en presencia del intendente de Fuerte Olimpo Moisés Recalde, autoridades departamentales de educación y los propios pobladores del sitio.
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Se acordó iniciar las clases en la pequeña capilla de karanday, mientras que uno de los padres donó 4 hectáreas de tierra para la construcción de la futura escuela. En tanto, la Municipalidad se comprometió a pagar de forma mensual la suma de G. 2.500.000 al educador, hasta tanto se consiga el rubro del Ministerio de Educación y Ciencias, además proveer de 50 litros mensual de combustible para la motocicleta del maestro.
Se iniciaba entonces en marzo este proyecto educativo, donde actualmente reciben educación unos 20 alumnos en el sistema plurigrado del 1º al 6º grado, en la modalidad de aulas extensivas, por lo que estos estudiantes figuran como alumnos de la escuela de la localidad de San Carlos, distante a más de 100 kilómetros de Florida.
“Al inicio recibía puntualmente el salario y el combustible, aunque luego comenzaron los retrasos. En ambos compromisos de parte del municipio”. Ante esta situación, los propios padres, con el deseo de que siga funcionando la escuelita, se encargaron de conseguir el dinero. Muchas veces inclusive tuve que costear la compra del combustible, aún así continuamos y ya estamos a punto de llegar al final del año”, dijo el orgulloso educador.
Finalmente la Municipalidad se puso al día con el pago de salario, “y tras conocerse nuestra situación, recibimos la promesa de ayuda de parte de otras instituciones como la propia Gobernación, cuyas autoridades prometieron visitar la zona para ver la forma en que desarrollamos la educación”. El maestro pide a los responsables del MEC la liberación de rubros de forma rápida, atendiendo que también cuenta con una familia que mantener.
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Precariedad
En la improvisada escuelita falta de todo menos las ganas de estudiar, menciona el maestro. Cuentan con una pequeño pizarrón, en tanto los bancos de la capilla sirven de mesa y silla para los alumnos. Carecen de elementos didácticos y de sillas pedagógicas. Muchas veces las clases se imparten bajo la sombra de los árboles, debido al intenso calor y la falta de energía eléctrica.
En estos momentos los propios padres de familia se están encargando de construir lo que sería un pequeño tinglado de karanday, en el predio donado por el poblador a la espera de que las autoridades puedan encargarse de construir las aulas de material cocido.
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Al respecto, el intendente dijo que están esperando a los técnicos del Ministerio de Educación y Ciencias, quienes deben visitar el lugar para verificar el terreno donado y así iniciar los trámites de legalización de la propiedad a favor del Estado paraguayo, para luego poder utilizar el dinero del Fonacide e iniciar la construcción de la escuela.
Si alguna persona de buen corazón quiere donar materiales didácticos u otros elementos que servirán a estos alumnos, pueden comunicarse con el propio maestro al 0984 215987, que cualquier ayuda será bien recibida, solo que la comunicación se realiza por vía WhatsApp y en horas de la noche, utilizando la señal de internet que existe en la mencionada agroganadera. Se debe tener un poco de paciencia atendiendo que por lo general no se dispone de buena señal.