La crisis hídrica del Pilcomayo tiene profundos efectos en toda la población ribereña a lo largo de los tres países que comparte el río: Bolivia, Argentina y Paraguay. El mes pasado, en el municipio de Villamontes (Bolivia), se declaró situación de “desastre municipal” por los efectos del déficit hídrico del Pilcomayo siendo el efecto principal la falta de peces que repercute negativamente en la principal actividad comercial en Bolivia, la pesca artesanal y de autoconsumo en las comunidades originarias apostadas en las márgenes del río, según lo refirió el medio Página 12.
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“Los caudales del agua han bajado a cero metros cúbicos en sector argentino y paraguayo. En Bolivia se registran caudales por debajo de los 46 metros cúbicos, con tendencia a bajar más hasta fin del año 2023″, reseña un reporte del portal el Valle de Poco Poco, difundido en redes sociales.
Según los pobladores y los ancianos de la comunidad es la segunda vez que ven el Pilcomayo así de seco. La falta de lluvias afecta también la cuenca alta y hace que el agua se vaya agotando en los canales que deben regar las zonas habitadas por pequeños productores y diversas comunidades.
Pobladores se movilizarán a Filadelfia
Para mañana 20 de octubre, pobladores de la zona de la ribera del Pilcomayo representando a las etnias Manjui, el Pueblo Guaraní, los Nivaclé y algunos pequeños productores se movilizarán Filadelfia para intentar reunirse con las autoridades locales y ver alguna ayuda inmediata hasta que se les pueda asistir.
“Queremos estar mañana por Filadelfia para presionar un poco a las autoridades, hay muchos afectados principalmente los que dependen del río no solo para beber, si no también para comer” dijeron.
Hay que mencionar que la localidad desde la cual se desplazan es de difícil acceso por el momento, debido al estado de los caminos que con el efecto de la sequía se rompen, originando los “talcales” (pozos de arena fina) de los cuales solo se sale con ayuda.