La comisión de caminos Tape Puku fue conformada en el marco de las alianzas público-privada encaradas por el Gobierno, y data de la época del anterior gobernador Edwin Pauls, pero por burocracia y luego de la pandemia recién se procedió a la instalación de los mismos este año.
Las áreas que abarcan la comisión afectan a Agropil, Virgen del Fátima, Campo Alegre y ramales como la Línea 12, la Línea 32 y otros caminos vecinales, totalizando unos 300 kilómetros aproximadamente.
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Al respecto, pobladores de la zona del Pilcomayo, quienes son los que deben abonar para circular siguen demostrando su descontento sobre los puestos de peaje en las áreas que abarcan la comisión de caminos Tape Puku.
Recientemente anunciaron que realizarán una medida de fuerza exigiendo la desmantelación de los estos puestos.
En contrapartida, la comisión de caminos insistió en que con los peajes es más viable mantener los tramos.
“Buscamos varias alternativas para facilitar algún beneficio (...) por ejemplo preparar listas con los pobladores locales para hacer un descuento pero apenas recibimos las listas, vimos que incluyeron a muchas personas que tienen la posibilidad de abonar” mencionó sobre el punto Heinz Penner, presidente de la comisión. Dijo que esperan depurar primeramente todos los listados.
Las tarifas del peaje son de G. 15.000 para camionetas y automóviles, G. 35.000 para tractores y camiones de mediano porte y G. 75.000 para camiones de gran porte.
El jefe del distrito 17 del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Walter Molinas quién coordina los trabajos con la Gobernación de Boquerón y con los municipios dijo al respecto que todos los trabajos de la zona deben ser encarados mediante alianzas y de forma permanente.
Señaló que tanto la sequía como las lluvias dificultan el tránsito, para el uso de las maquinarias del ministerio (que es el actual caso).
A su vez, otros pobladores manifestaron que la postura de muchos de los que desean manifestarse no representa a la mayoría, aunque admitieron que si bien están de acuerdo con los trabajos, estos avanzan aún a ritmo lento.
En cuanto a la administración de los recursos que generan los peajes, los integrantes de la comisión de caminos dijeron que el control es estricto y que muchos de los fondos se emplean para puesta a punto de maquinarias, compra de combustible y pago a los operadores.
Muchos de los caminos de la zona del Pilcomayo están deteriorados por la falta de mantenimiento constante y la sequía que azota la región por tercer año consecutivo empeora los tramos. Hasta hace poco la gobernación era la única encargada de arreglar los mismos, algo que ahora lo debe hacer en conjunto con la comisión de caminos.