Excesiva burocracia de Hacienda obliga a ancianos a sobrevivir de la caridad en el Chaco

Tres adultos mayores del distrito de Fuerte Olimpo sobreviven en una pobreza total y esperan poder acceder al cobro del subsidio otorgado por el Gobierno. Se trata de Andrés Grance (78), Zoila Alvarenga Pereira (77) y Evarista Benítez (71), quienes siguen sorteando la excesiva burocracia estatal.

La excesiva burocracia del Ministerio de Hacienda obliga a los adultos mayores de Fuerte Olimpo a sobrevivir en medio de la carencia y de la caridad de sus vecinos.abc color
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Don Andrés Grance vive en un precario rancho de madera en la zona de María Auxiliadora, distante a unos 120 kilómetros del casco urbano de Fuerte Olimpo, en medio de una extrema pobreza, sin familiar alguno. Carece de energía eléctrica y de agua potable.

El hombre fue sacado de la planilla de beneficiarios en el 2019 debido a que su cédula de identidad caducó. Cuando pudo cumplir con este requisito en el 2020, no pudo retirar su nuevo documento, ya que desde el Departamento de Identificaciones alegaban que dos personas tenían el mismo número de identidad. Desde entonces, don Andrés pasó a sobrevivir de la caridad de las personas que ocasionalmente pasaban por su precaria vivienda.

Buscan reintegrar a don Andrés al beneficio de la tercera edad

El anciano debe caminar unos 2.000 metros ida y vuelta para traer el agua de un tajamar y así poder por lo menos hidratarse. En el transcurso de esta semana, tras la publicación de su caso, funcionarios de Identificaciones solucionaron el inconveniente con la cédula y desde la municipalidad le acercaron el formulario para volver al acceder al programa del adulto mayor de Hacienda.

Larga burocracia estatal

El caso más lacerante es el de Evarista Benítez de Ferreira, quien vive en la comunidad de San Carlos, ubicada a unos 100 kilómetros de Fuerte Olimpo. En julio del año pasado, nos hacíamos eco de que ella en medio de su precariedad debía cuidar de su marido, Daniel Ferreira (76), quien durante 7 años estuvo postrado en cama, al igual que su hija de 47 años, quien padece discapacidad de nacimiento.

Doña Evarista continua esperando acceder al cobro de la pensión.

El marido estuvo en la planilla de beneficiaros por unos tres meses, pero luego le bloquearon la cuenta porque tenía registrados a su nombre 20 animales vacunos. Sin embargo, esos animales, cuando don Daniel Ferreira enfermó, rápidamente fueron vendidos para poder conseguir atención médica. Cuando la familia ya no tenía nada que vender solicitó de nuevo ingresar al subsidio, pero don Daniel ya no fue incluido.

En reiteradas ocasiones, los funcionarios del Ministerio de Hacienda hicieron firmar los formularios a ambas personas, como asimismo les exigieron la presentación del certificado de vida y residencia; sin embargo, don Daniel no resistió la larga burocracia estatal y murió en enero pasado sin poder acceder a la pensión.

Entretanto, doña Evarista continúa esperando poder percibir el beneficio, ya que aún tiene a su hija encamada, a quien debe cuidar.

Murió esperando acceder a cobro de pensión y en medio de una extrema pobreza

Zoila Alvarenga Pereira (77) es otra persona en situación de pobreza. No tiene familiares y sobrevive en Fuerte Olimpo. Ella también fue sacada del beneficio estatal hace dos años sin ninguna explicación.

Desde el Ministerio de Hacienda le pidieron volver a realizar los papeleos de reinscripción, pero hasta ahora tampoco la volvieron a reintegrar.

Don Andrés, sobrevive de la caridad en su precario rancho en la zona de María Auxiliadora.

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