Agustín Segovia indicó que a inicios del presente año no podían pescar porque el agua del río estaba muy sucia a consecuencia de la inundación registrada entre octubre y diciembre de 2023. Posteriormente, llegó la bajante del Paraná, que se mantuvo prácticamente todo 2024. La falta de peces afectó la economía de las familias que tienen como medio de trabajo la pesca comercial.
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“La bajante evitó que los peces llegaran hasta la zona de Ayolas; a raíz de esta situación, la actividad pesquera comercial disminuyó hasta el punto que los compañeros pescadores se vieron obligados a salir a la ruta para reclamar kits de víveres a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), pero finalmente la Gobernación de Misiones fue la encargada de realizar la asistencia. Desde que terminó la veda de pesca y con el leve repunte del río Paraná, se puede decir que hay un poco más de pescado”, indicó.
Por su parte, el integrante de la Asociación de Pescadores Profesionales del Río Paraná, Ángel Cano, manifestó que, antes de la veda, la situación de la pesca era bastante crítica, por lo que muchos no pudieron pescar ni prepararse para la temporada en la que se prohibía la práctica del arte de pesca comercial y deportiva.
“Gracias a Dios vino la suba del agua en el río, que se mantiene, y eso permite que haya un poco más de pescado, lo que permitió salvar la situación para la Navidad. En estos dos últimos días del año, lo que está bajando otra vez es la producción”, dijo.
Por el momento, hay pico de pato, que en esta época no se suele conseguir; dorado, mandi’i (bagre), pacú, y un poco de boga, que desde hace tiempo viene escaseando. “Podemos decir que, por ahora, se está salvando algo. Esperemos que en 2025 el agua se estabilice y nos permita trabajar”, concluyó.
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