Después de varios años se produce una inestabilidad del tiempo en las horas previas al 8 de diciembre, día de la virgen de Caacupé. Esta situación, en la noche del sábado, no detiene a los devotos que decidieron caminar desde sus comunidades o desde Kurusu Peregrino.
Las personas se ingenian con pilotines, paraguas y cualquier tipo de protección improvisado que tengan a mano para usar sobre sus cabezas o cuerpos.
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Plazoleta también es testigo de la fe mariana
Nadie quiere perderse esta festividad y comienzan a colocarse y a descansar en la plazoleta frente al santuario. Buscan las maneras de cuidarse de la lluvia demostrando la fuerza de su devoción a Caacupé.
Numerosos creyentes aceleraron su marcha para llegar lo antes posible a la villa serrana. Muchos capturaron en video la interminable fila de peregrinos, que enfrentaron la copiosa lluvia.