En masa los peregrinos que llegan hasta la Basílica de Caacupé, realizan luego un paso obligatorio por el Tupãsy Ykua, buscando refrescarse del intenso calor con sus cristalinas y milagrosas aguas. Los feligreses aprovechan igualmente para llenar sus termos, botellones o botellas para llevar consigo el líquido vital en el viaje de retorno a sus hogares.
Según cuentan los pobladores, el sitio conocido popularmente como el Pozo de la Virgen, nunca dejó de brindar agua, ni en las más brutales sequías vividas en la Villa Serrana.
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La visita al Pozo de la Virgen esta mañana no fue la excepción. Los fieles católicos se volcaron masivamente hasta este sitio, considerado como milagroso.
“Yo creo que es una cuestión de fe, llegamos hasta la Basílica y luego ya pasamos por acá, antes de retornar a Pedro Juan Caballero. Nosotros llevamos el agua porque tenemos esa fe de que nos va a hacer bien, eso es lo que puedo decir”, expresó Julián Barreto, de 56 años de edad.
Tupãsy Ykua: para obligatoria de los peregrinos
El hombre y su familia llegaron desde la capital del departamento Amambay hasta Itauguá. Desde este punto, emprendieron su peregrinaje. “Hace 13 años que vengo, primero para cumplir mi promesa porque se me dio lo que pedí. Pero con los años ya venimos por agradecimiento”, agregó.
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El padre José Alfredo, quien ofició bendiciones a los fieles, en la entrada de la Iglesia ubicada junto al Pozo de la Virgen, explicó que desde hace siglos que es lugar de encuentro de los peregrinos.
“La fe mueve montañas, mueve cerros, mueve el agua también, por qué no, son los elementos que hizo Dios en la Tierra y eso mueve a la gente”, remarcó.
La Banda de la Policía dijo presente en el Pozo de la Virgen
Interpretando un variado repertorio de canciones folclóricas y hasta la música de la Albirroja, la Banda de Músicos de la Policía Nacional estuvo presente en el Tupãsy Ykua, como parte de su recorrido por sitios de Caacupé.
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“Hace 20 años que hacemos este recorrido en estas fechas. La idea es elevar la moral y el espíritu de los peregrinos; de paso, brindar un momento distendido también”, dijo el subcomisario Óscar Barreto, quien dirigió la batuta.
Pese al largo peregrinar, pareciera que la Banda de la Policía recargó las energías de los feligreses, quienes se animaron a bailar al son de las melodías.