Caacupé está colmada de fe y esperanza mientras miles de peregrinos se dirigen a la Basílica para la fiesta de la Virgen de Caacupé. De distintos rincones del país, familias, amigos y parejas caminan juntos, guiados por la fe inquebrantable, para agradecerle a la Virgen por los favores recibidos y cumplir sus promesas. Cada paso dado hacia la Basílica es un acto de devoción y gratitud, un testimonio de la esperanza que florece en cada corazón.
En el trayecto, se puede ver a vendedores ofreciendo refrigerios, agua y gaseosas para aliviar el calor, así como deliciosas comidas tradicionales que acompañan el viaje de los devotos. Pero más allá de la necesidad material, lo que realmente nutre a los peregrinos es la fortaleza espiritual que los impulsa a continuar su camino, un camino marcado por la fe y la esperanza de alcanzar la Virgen que los recibe con los brazos abiertos.
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Muchos peregrinos hacen una parada en el Tupãsy Ykua para cargar agua bendita, un acto simbólico de fe que los conecta aún más con la Virgen. Algunos caminan con atuendos que evocan a la Virgencita, como una manifestación externa de su devoción interna, mostrando su amor y veneración de una manera única y llena de espiritualidad.
A pesar del calor y el cansancio, el espíritu de perseverancia no se apaga. Los peregrinos siguen firmes, confiando en que la Virgen les da la fuerza necesaria para llegar hasta su casa sagrada. Es ese amor profundo e inquebrantable por la Virgen lo que hace posible que, incluso en las circunstancias más difíciles, el viaje continúe.
Ya en la explanada central, muchos esperan con ansias las misas, elevando sus oraciones al cielo. Allí, entre cantos y plegarias, se reafirma el compromiso de fe que caracteriza a todo Paraguay.
Las imágenes de estos momentos de devoción auténtica, cargados de emoción y religiosidad, son las que capturan la verdadera esencia de Caacupé.
Artesanos a la espera de ventas
En Caacupé se encuentran apostados numerosos artesanos, en una feria, que espera recibir a los visitantes que quieren llevarse recuerdos de su visita a la Villa Serrana.