Celebran 60 días de primer guacamayo nacido en nido artificial urbano en Paraguay

Se cumplieron 60 días desde el nacimiento del primer pichón de guacamayo rojo en un nido artificial instalado en la ciudad de Luque, un avance significativo en los esfuerzos de conservación de esa especie de ave, cuya presencia en áreas urbanas es cada vez menos común debido a la pérdida de su hábitat natural y otras amenazas.

El primer guacamayo nacido en un nido artificial dentro de un entorno urbano en Paraguay.
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El pichón creció de manera saludable durante sus primeros dos meses de vida y el equipo que lo cuida y estudia está siguiendo de cerca su desarrollo. A sus 60 días, el guacamayo rojo ya desarrolló gran parte de su plumaje, con tonos vibrantes de rojo, azul y amarillo.

Aunque todavía depende de sus padres para alimentarse y protegerse, su crecimiento físico y su interacción con el entorno muestran progreso y equipo está emocionado y ansioso por el momento en que el pichón realice su primer vuelo, un paso crucial en su proceso de independencia.

Gustavo Espínola, director de la Asociación de Ornitólogos y Afines del Paraguay, explicó algunos detalles sobre esta etapa del desarrollo del guacamayo rojo:

A los 60 días, los pichones ya muestran mayor movilidad y curiosidad por el mundo que los rodea, pero aún requieren el cuidado y la alimentación de los padres. Este es un período de aprendizaje para el joven guacamayo, que en pocas semanas estará listo para volar por primera vez.

Espínola subrayó que el nacimiento de este guacamayo es especialmente significativo, ya que es el primero que nace en un nido artificial instalado en un entorno urbano en Paraguay, lo que demuestra que estos esfuerzos de conservación pueden prosperar en ciudades, algo crucial para la preservación de la especie.

Guacamayos urbanos

El Proyecto Gua’a Urbanos busca crear conciencia sobre la importancia de conservar estas aves y su hábitat, y trabaja para desarrollar estrategias que les permitan existir en ciudades.

El uso de nidos artificiales es una de las soluciones más prometedoras, ya que ofrece un refugio seguro para la reproducción y el crecimiento de los guacamayos en un entorno protegido.

El equipo del proyecto continúa monitoreando de cerca el desarrollo del pichón, con la esperanza de que su primer vuelo inspire nuevas iniciativas de conservación y fortalezca el compromiso de la comunidad en la protección de la biodiversidad local.

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