El Tribunal de Sentencias, presidido por Federico Rojas e integrado por María Luz Martínez y Jazmín Cáceres, está llevando a cabo el juicio oral y público sobre un total de 16 personas, acusadas en el marco de la causa “José Antonio Balboa y otros s/ posesión y comercialización de drogas peligrosas”, conocida también como “Juego Sucio”. El Ministerio Público está representado por los fiscales Luis Said y Christian Ortiz. El debate público prosigue a las 11:00 de este martes 15 de octubre.
Los hechos que se registraron en el 2020 -periodo de pandemia por covid-19- por los que fueron acusados, por el entonces fiscal Isaac Ferreira (hoy jubilado), los hoy enjuiciados son la posesión de sustancias estupefacientes, por la Ley N° 1.340/88 de Drogas y sus modificatorias; además de la asociación criminal, por el Código Penal y la producción de riesgos comunes. El juicio por este caso inició el 6 de agosto.
En la investigación que fue nombrada por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) como “Cygnus”, fueron investigados y procesados: José Antonio Balboa Benítez, alias “El Español o Líder”; María Marta Rodriguez Vargas; Carlos Javier Sanabria Franco, alias “Pori”; Jorge Fabián Maldonado Giménez, alias “Koki”; y Hugo Andrés Robles Ortiz, alias “Cadera”.
De igual forma están Marcelo Adán González Benítez, alias “Chama”; Fernando Centurión Aranda, alias “Machete”, su pareja Cindy Maribel Cuevas Román; José Miguel Franco Ferreira; Alcides Maidana Gómez, alias Killin; y Aníbal Martín Caballero Argüello.
Además de los ya nombrados también fueron incluidos dentro del caso Rodrigo Iván Acosta Silveira, alias “Rodri”; Cristian Darío Figueredo Torres; Ricardo Darín Ayala Fernández; Diego Luis Leguizamón Rojas y su primo, Pablo Stiven Concepción Rojas.
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Pareja dirigía distribución y daba asesoría jurídica a miembros procesados
A través de las intervenciones de llamadas telefónicas, al principal obejtivo de la investigación: José Antonio Balboa Benítez, alias “El Español o Líder”, se obtuvo el dato de que en ese entonces fungía como director de Tránsito de la Municipalidad de Luque y, previamente fue exfuncionario del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE)
También era líder de “La Barra de Luque”, a cuyos miembros utilizaba para la distribución de sustancias ilícitas a todo el departamento Central.
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Balboa mantuvo conversaciones vía celular con otros miembros del grupo. En ese contexto, también estaba incluida su pareja, María Marta Rodríguez Vargas. Esta se encargaba de entregar la droga por directivas de Balboa, en caso de que él no esté en la residencia.
A todo eso, María Rodríguez también prestaba servicios de asesoramiento y asistencia jurídica a los miembros de la estructura supuestamente encabezada por Balboa, en su rol de abogada. De hecho, llegó a intervenir en causas penales abiertas contra algunos de los integrantes del grupo.
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Organización tenía gran “cobertura territorial” para ilícitos
El señalado como cabeza de LBDL, José Balboa, dirigía la actuación y distribuía las funciones a cada miembro de su estructura. De esta forma, tenía bajo su cargo al acusado Carlos Javier Sanabria Franco, alias “Pori”, quien realizaba la comercialización de sustancias en la zona del barrio Campo Vía, de Luque.
Por su parte, Jorge Fabián Maldonado Giménez, alias “Koki”, quien era funcionario de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), también era asociado de Balbuena y a su vez, manejaba una sub-red de distribución. También cumplía la labor de contra-inteligencia para el grupo de Balboa, alertándolo de la presencia de vehículos extraños u otra actividad llamativa.
En cuanto a Hugo Robles, alias “Cadera”, tenía a su cargo la distribución de droga en la zona de Julio Correa; el otro enjuiciado Marcelo González, alias “Chama”, por su parte tenía cobertura de la compañía Itá Angu’a; mientras que Fernando Aranda, alias “Machete” o “Harry” y su pareja Cindy Cuevas, tenía cobertura territorial en la zona de Laurelty.
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La compañía luqueña de Maka’i se encontraba bajo el control de José Franco, en tanto que el barrio Encarnación de esta ciudad, estaba a cargo de Alcides Maidana. Asi también, Balboa designó como responsable de la distribución en el barrio Julio Correa a Aníbal Caballero, a Rodrigo Acosta, como encargado del barrio San Juan.
En el caso también fueron incluidas otras personas, como Christian Figueredo, quien estaba a cargo de la zona de Maka’i, pero como integrante de la subred dirigida por Jorge Maldonado; asimismo Ricardo Ayala, quien era pareja de la hermana de Pablo Stiven Rolón, que a su vez es primo de Diego Leguizamón. Estos últimos eran considerados “competencia” por parte de Balboa.
Supuesto líder “manejaba” a la Policía y la Senad
Otro aspecto llamativo y por sobre todo resaltante que se expone en la acusación fiscal, es que José Antonio Balboa, “también mantenía conexiones con efectivos de la Policía Nacional de Luque, ya que en ocasiones, y según datos técnicos había intermediado para la liberación de los miembros de su red”.
De hecho, a través de las conversaciones telefónicas interceptadas se obtuvo que el 1 de junio de 2020 Jorge Maldonado se comunicó con José Balboa y le informó que policías de la comisaría 3° Central de Luque, estaban interviniendo un gimnasio donde él estaba ejercitándose, por violación de la cuarentena sanitaria.
En ese contexto, Maldonado le solicitó a Balboa que se comunique con los intervinientes para no ser detenido. “Minutos más tarde José Balboa, se comunicó con uno de los efectivos policiales y le solicitó la liberación de Jorge Maldonado. Posterior a esto Balboa se constituyó en el lugar para conversar con los intervinientes”, según señala el documento fiscal.
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También, el 5 de mayo de 2020, Balboa se comunicó con un agente de la Senad, a quien le habría indicado cómo llegar a la casa de un supuesto distribuidor, específicamente, Pablo Stiven Rolón, que luego de esto fue incluido en la investigación así como otros más que respondían a él.
En la acusación se menciona que “José Balboa, brindaría datos sobre Pablo a fin de que la Senad realice algún tipo de procedimiento, ya que el mismo sería una competencia en los que compete a la venta de drogas”.
El 18 de mayo en tanto, José Balboa se comunicó con un hombre no identificado por los investigadores, a quien le dijo que Jorge Maldonado habló con policías del Grupo Lince para hacer patrullas por su zona. Ante esta situación, Balboa manifestó que estaba viendo cómo suspender eso, debido a que le dificultaría sus entregas y la de los miembros de su grupo.
En otra ocasión, el 16 de junio, José Antonio Balboa conversó vía telefónica con un tal Marcos. Este último le pidió un contacto en el Departamento de Identificaciones de la Policía, para mandar borrar sus antecedentes, a lo que Balboa le pidió que le pase sus documentos y que por la suma de G. 5.000.000 le podrían hacer eso.
En la noche de ese mismo día, José Balboa volvió a comunicarse con Marcos, quien le dijo al primero que ya tenía el documento y el finiquito, a lo que Balboa le pidió que le pase. Posteriormente, Marcos le respondió que le iba a pasar y que el tipo iba a juntar y que para la semana siguiente tendría el dinero.
Coordinaban en códigos la venta de drogas en Central, según MP
De acuerdo con los hechos expuestos en la acusación fiscal, agentes especiales de la Dirección de Investigación y Combate Contra el Crimen Organizado de la SENAD, en el marco de la investigación “Cygnus”, interceptaron llamadas telefónicas entre los distintos miembros de la organización desde febrero de 2020.
Esa pesquisa y análisis de las conversaciones que mantuvieron los miembros de la supuesta organización criminal, que era objetivo de los agentes, derivó en la ejecución del operativo “Juego Sucio” en el mes de julio del mismo año, con la detención del presunto líder José Antonio Balboa Benítez, con estrecho vínculo a la familia González Daher y líder entonces de “La Barra de Luque”.
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Mediante los datos obtenidos a través de las escuchas telefónicas, autorizadas judicialmente, los miembros de la estructura se manejaba en códigos. Es así que, utilizaban las palabras “tapaboca”, “empanada”, “ceja”, “unidad”, “gramos”, para hacer referencia a la sustancia ilícita comercializada, en este caso, cocaína.
Según el Ministerio Público, el grupo dirigido por Balboa “mantenía un esquema de barras bravas del club Sportivo Luqueño, denominado “La Barra de Luque” (LBDL), como fachada para llevar a cabo los ilícitos”. Incluso, algunos de sus miembros ocupaban cargos públicos en importantes entes nacionales.
Ante los elementos recogidos en el periodo de investigación, el Ministerio Público concluyó “que a pesar de que hablaban en clave o códigos se podía inferir de que estaban hablando de venta de drogas peligrosas”. Además, “se tiene acreditado con las pruebas colectadas, que los acusados participan o son parte integrante, como ya se sostuviera, de una asociación organizada, dirigida a la comisión de hechos punibles”.