Grandes canalizaciones para extraer agua del río Paraguay genera preocupación en la población de Ñeembucú

VILLA OLIVA. El avance de las arroceras en Ñeembucú, especialmente en zonas como Villa Oliva y Villa Franca, ha generado preocupación en la población local. Organizaciones civiles, ambientalistas y la Diócesis de Misiones y Ñeembucú advierten sobre el impacto ambiental que podrían causar las grandes canalizaciones de agua, mientras que los empresarios del sector niegan su responsabilidad en la crisis hídrica.

Las máquinas trabajan intensamente en las canalizaciones de un cultivo de arroz en la zona de Villa Franca.
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El avance de las grandes empresas dedicadas al agronegocio, principalmente al cultivo de arroz en el departamento de Ñeembucú, genera inquietud en la población debido al presunto daño ambiental causado por las grandes canalizaciones para extraer agua del río Paraguay.

Las canalizaciones realizadas por las arroceras ubicadas en Villa Oliva y Villa Franca han encendido las alarmas entre los habitantes de Ñeembucú.

Organizaciones civiles, ambientalistas, sacerdotes de varias parroquias del duodécimo departamento y la Diócesis de Misiones y Ñeembucú han expresado su preocupación por el impacto ambiental que podría provocar el avance de las arroceras en la zona.

De acuerdo con denuncias de los pobladores de Zanjita, distrito de Villa Oliva, una de las arroceras ha abierto una toma de agua de 20 metros del río Paraguay, desde donde extraen el agua y, mediante potentes motobombas, la redirigen a los cultivos de arroz.

En este contexto, los sacerdotes de las diferentes parroquias, con el respaldo de la Diócesis de Misiones y Ñeembucú, han emitido un comunicado en el que solicitan a las autoridades nacionales un diálogo sincero para frenar la destrucción del medio ambiente.

En el comunicado señalan que no pueden permanecer indiferentes ante el daño irreversible al medio ambiente. “No podemos buscar un progreso desmesurado devastando nuestra casa común; necesitamos un cambio radical ante nuestra pasividad e inacción frente a la violencia contra nuestro entorno, el lugar donde nos realizamos como familia y como sociedad”, reza el documento.

“Es urgente reaccionar para detener esta destrucción y proponer políticas públicas que protejan nuestro hábitat”, agrega el comunicado.

Finalmente, se menciona que el Papa Francisco advierte que “la destrucción del medio ambiente es una ofensa a Dios, un pecado que pone en peligro a todos los seres humanos, especialmente a los más vulnerables”, concluye el texto.

Proyecto de ley encajonado

El exsenador Pedro Santa Cruz (PDP) visitó la zona afectada en la compañía Zanjita, distrito de Villa Oliva, y señaló que en el periodo anterior un grupo de senadores ya había advertido sobre los peligros que enfrentan los humedales y por la extracción de agua del río Paraguay a causa del avance de las arroceras.

Santa Cruz expresó su preocupación por el anuncio de la construcción de la “ruta del arroz”, que pretende conectar Caapucú con Alberdi. “Si esta ruta se concreta, el Lago Ypoá, una riqueza natural de nuestro país, desaparecerá”, advirtió.

Precisó que en el periodo anterior se elaboró un proyecto de ley para proteger el Lago Ypoá y los humedales de Ñeembucú, pero que hasta ahora sigue estancado en el Parlamento. “Junto con la gente hemos elaborado un proyecto de ley para la protección de los humedales y el Lago Ypoá; el proyecto está, pero sigue dormido”, enfatizó.

Empresarios niegan destrucción

Por su parte, Mario Bergallo, presidente de la arrocera “La Eladia”, indicó que el río Paraguay es un cuerpo de agua internacional. “Tanto el lado paraguayo como el argentino tienen derecho a captar agua para la irrigación y producción de alimentos; Argentina incluso tiene un número mayor de extracciones que Paraguay”, señaló.

El agua extraída del río Paraguay ingresa en las grandes canalizaciones de reservorios para el riego del cultivo de arroz en la zona de Villa Franca.

Bergallo mencionó que Paraguay ha sufrido sequías hasta finales de agosto y septiembre debido a la escasez de lluvias en la zona del Pantanal, en Brasil. “No tiene nada que ver con que el río se esté secando; simplemente no ha llovido en Brasil, pero ahora está lloviendo allá y el río volverá a su cauce normal”, explicó.

El empresario agregó que las arroceras operan sus bombas solo al 10% de su capacidad en esta época del año y que la actividad más intensa comienza en noviembre.

Por otro lado, Jazmín Tufari, gerente de la Federación de Productores de Arroz del Paraguay (Feparroz), afirmó que la bajante del río Paraguay se debe a la sequía y no a la extracción de agua por parte de las arroceras. “La extracción de agua para la producción de arroz no influye ni guarda relación con la bajante del río”, aseguró.

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