Solo basta un recorrido por las calles de Asunción para percibir la verdadera odisea que significa subir acceder al transporte público.
Ya ni siquiera se habla de buses de calidad, lo que es mucho más difícil de conseguir. Incluso, los colectivos en pésimo estado son escasos y, en consecuencia, cuando vienen, ya están repletos.
Se arriesgan viajando en la estribera
Ante la necesidad de llegar a sus puestos de trabajo, los pasajeros se arriesgan a subirse de todos modos, viajando incluso en la estribera.
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El término “como lata de sardinas” no es para nada exagerado cuando se habla de colectivos en el Área Metropolitana. Aunque el reglamento indica que los ómnibus deben viajar con la puerta cerrada y no sobrecargados, esta regla no se cumple, pues no solo los conductores, sino la misma gente pide viajar aunque sea en la estribera con tal de llegar a sus actividades laborales.
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Esto, por supuesto, se evitaría con la mayor cantidad de buses en las calles, pero ahora que el mismo ministro de Economía y Finanzas Carlos Fernández Valdovinos confirmó que el Presupuesto General 2025 no prevé fondos para la reforma del transporte, el desánimo de la gente es general.
La espera no garantiza poder subir
Los cambios no se avizoran a futuro próximo, por lo que la gente pierde las esperanzas.
Para abordar, la gente espera en promedio 40 minutos, pero incluso si usted lleva esperando mucho tiempo, eso no es garantía de subir cuando el bus llega a la parada.
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Las unidades vienen demasiado llenas, y no todos entran.
En medio de todo este padecimiento en el transporte público, la ciudadanía paraguaya, como siempre le caracteriza, encuentra la manera de seguir adelante y de alguna manera, llegar a tiempo para ganarse el pan de cada día.