El caso más reciente de evacuación de urgencia de un paciente del Hospital Regional de Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, ocurrió el 2 de agosto. Afectó a una mujer embarazada de siete meses, cuyo esposo, Arnaldo Herebia, docente de la comunidad, tuvo que alquilar un avión por G. 14 millones para el traslado a Asunción para salvar la vida de la gestante y el feto. Finalmente falleció el bebé.
Herebia relató que en el Hospital Regional de Fuerte Olimpo no activaron el protocolo de evacuación para lograr apoyo del avión de la Fuerza Aérea como se prevé para los casos de urgencias o cuando se presentan complicaciones, como en este caso específico.
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“Mi esposa se encontraba internada en el hospital regional de esta comunidad desde hacía varios días debido a dolores que sentía por su situación de embarazo”, dijo entonces Herebia.
Como su salud no daba signos de mejoría les pidió a los médicos que aprueben la evacuación a un hospital de mayor complejidad, añadió.
El jueves 1 de agosto, médicos especialistas de Asunción que estaban realizando servicios en el hospital inspeccionaron a la paciente. Luego, siempre según la versión del esposo, aconsejaron su traslado porque la vida de la criatura estaba en riesgo.
“En el hospital me propusieron que la evacuación se realice en ambulancia por tierra o por agua. Viendo el estado de mi esposa, que no aguantaría un largo viaje por tierra o por agua, les pedí encarecidamente que activen el protocolo de evacuación aérea, para que pueda venir el avión de la Fuerza Aérea, que se suele utilizar en estos casos”, mencionó.
Agregó que como no tuvo respuesta al pedido fletó un avión, para lo cual pagó G. 14 millones que tenía ahorrados para la compra de un vehículo.
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El doctor Ariel Acuña, director del hospital regional, dijo que al momento de ser evaluada la paciente no estaba en trabajo de parto. Tenía los signos vitales normales, por lo que no ameritaba una derivación en avión, refirió.
“Lo que podíamos hacer en ese momento es un traslado por tierra o por agua; eran las dos opciones que le ofrecimos a la mujer, al tiempo de explicarle al esposo sobre la demora que se suele dar cuando se activa el protocolo aéreo”, dijo.
Herebia lamentó la desgracia que afectó a su familia y criticó que ninguna autoridad haya hecho algo para mejorar los servicios de salud en Alto Paraguay, que ya enlutó a numerosas familias.
Otros casos fatales
En octubre del año 2023 Cecilia Arévalos (29), de la comunidad de los ishir de Fuerte Olimpo, perdió la vida tras sufrir una hemorragia cuando daba a luz en el hospital regional. La mujer estaba embarazada de 9 meses y todo el tratamiento prenatal lo realizó en el local asistencial, razón por la cual toda la comunidad se manifestó durante días frente al hospital para exigir una intervención de la institución, que lograron.
En mayo del año 2023, Ariza Torrez (18) completó los nueve meses de embarazo con controles periódicos en el hospital de Fuerte Olimpo. Cuando llegó el día para dar a luz acudió al nosocomio donde le aplicaron un inyectable y le enviaron de nuevo a su casa. Sin embargo, los dolores propios de la dilatación eran constantes, por lo que de nuevo acudió al nosocomio, donde le aplicaron otro calmante para que regresara a su vivienda.
La tercera vez que retornó al hospital la internaron, pero la criatura ya estaba muerta. Este caso de denuncia por negligencia no fue investigado a pesar de las numerosas manifestaciones realizadas por los familiares de la joven mujer.
Estos son los casos más recientes de fallecimientos de nonatos a consecuencia del pésimo servicio en el Hospital Regional de Fuerte Olimpo, de referencia en el Alto Paraguay. Hechos similares se vienen registrando desde hace décadas, debido a la precariedad y principalmente por falta de médicos especialistas.
Sin UTI y sin especialistas
En todo el Alto Paraguay el Ministerio de Salud no cuenta con unidades de terapia, sea intermedia o intensiva. Esta es otra de las razones por las que los pacientes en estado grave fallecen si no son evacuados de forma urgente.
El único médico anestesista de todo el Alto Paraguay está asignado al Hospital Regional de Fuerte Olimpo. Cuando está de vacaciones no se pueden realizar las cirugías, como el caso de Saúl Salazar (90) que tenía apendicitis. En abril de este año, al no encontrarse disponible el anestesista tuvo que viajar más de 800 kilómetros para ser atendido en Asunción.
Nilda Herebia tiene más de 70 años edad, necesita consultar con algún especialista en traumatología debido a una dolencia de años. El 1 de agosto llegó un equipo de médicos especialistas al hospital regional, comisionados por el Ministerio de Salud durante dos días, atendiendo quejas de la población. Nilda acudió ante el anuncio de la presencia de los profesionales, pero para su decepción en el grupo no había traumatólogos.
Le prometieron que en un próximo comisionamiento será integrado un traumatólogo para ser atendida. La pobladora no tiene los recursos económicos necesarios para trasladarse a otro punto del país para acceder al servicio que requiere.
El Hospital Distrital de Puerto Casado cuenta con equipamiento moderno proveído por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) durante el gobierno de Mario Abdo Benítez. Sin embargo, poco o nada ayuda para los casos de emergencias, ya que ante la falta de médicos especialistas solo se realizan cirugías programadas.
En los locales sanitarios del Alto Paraguay se cuentan con fármacos básicos, como los analgésicos, antibióticos y antiinflamatorios menores, entre ellos el ibuprofeno. Sin embargo, los de mayor valor monetario o de más alto alcance en cuanto a resultados en tratamientos de dolencias, no existen en stock.
Algunos hospitales cuentan con servicio de laboratorio, donde se realizan exámenes médicos básicos. En todo el departamento se carece de banco de sangre.
Hay evacuaciones mortales
Para el traslado de pacientes desde Alto Paraguay a hospitales de mayor complejidad de otros departamentos existen tres opciones: Asunción, Pedro Juan Caballero o Concepción. En todos los casos el viaje es de cientos de kilómetros, ya sea por tierra, por agua o por vía aérea, y todos tienen sus complicaciones y riesgos para el enfermo.
Para los traslados a Asunción el viaje por tierra es de 800 kilómetros y dura en promedio 12 horas. Siempre resulta toda una odisea para el enfermo y sus acompañantes.
Cuando se ordena la evacuación del paciente hacia la localidad de Concepción se debe transitar unos 600 kilómetros. Cuando el destino es Pedro Juan Caballero, el enfermo es llevado primeramente en embarcación por el río Paraguay, unos 100 kilómetros, hasta la localidad brasileña de Puerto Murtinho y desde allí en ambulancia por caminos del Brasil otros 300 kilómetros.
Los familiares de pacientes tienen que ingeniarse para conseguir dinero para cubrir los gastos durante la internación en Asunción o alrededores, Pedro Juan Caballero o Concepción, atendiendo a que no cuentan con la ayuda de nadie.
Los choferes de ambulancias y los enfermeros que acompañan a los pacientes evacuados también padecen las deficiencias del sistema de salud público, ya que no tienen viáticos ni otras asistencias para solventar los gastos durante los servicios.
Lo más triste de todo esto es que muchas veces los pacientes mueren antes de culminar el viaje. Ocurre comúnmente en casos de personas ancianas o con gestantes que sufren complicaciones en las últimas semanas de su gravidez.
Más de una embarazada quedó estéril debido al tiempo que tuvieron el feto muerto en sus vientres y otras llegaron tarde para recibir una atención adecuada para salvar su vida y la de su bebé.
En otros casos, nonatos extraídos de vientres maternos que no pudieron llegar a tiempo a los hospitales con servicios adecuados retornan en ambulancias o en embarcaciones dentro de pequeños ataúdes blancos que son recibidos por sus familiares a orillas del río Paraguay en medio de consternación y mucha impotencia.