Diana recuerda cómo empezó con un brasero pequeño, un método tradicional para preparar mate, y cómo cuando llegó recién a Limpio de Argentina con su marido, su hermana le dio el impulso inicial para iniciar su negocio.
“Justo vine recién cuando eso de Argentina porque mi bebé falleció, me agarró la depresión y vinimos con mi marido. Mi hermana me alojó en su casa y ahí salió que no había trabajo para los dos, entonces como teníamos ya familia, teníamos que agarrar y ver la forma de rebuscarnos“, cuenta Diana.
Así, con mucho esfuerzo y dedicación, comenzó a vender mate en el centro de Limpio, donde pronto se ganó la fidelidad de sus clientes.
Su jornada comienza en horas de la madrugada, especialmente en los meses fríos, cuando la demanda de mate caliente aumenta. “Amanezco todito”, dice, refiriéndose a las largas noches en las que prepara hasta 70 litros de agua por jornada para satisfacer a sus clientes, en su mayoría camioneros de carga, distribuidores de leche, gasolina, y otros trabajadores nocturnos. Además, también prepara y vende tereré a partir del mediodía.
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La Gran Matera de Limpio: variada y leal clientela al costado de la ruta PY03
La clientela de Diana es variada, pero todos tienen algo en común: conocen y aprecian la calidad de su mate.
“Ya me conocen como “La Gran Matera”, porque en menos de un minuto ya está todo su mate. La clientela espectacular, no me puedo quejar, ya todos me conocen, fui la primera en ponerse acá en el centro del Limpio. Luego vinieron más que quisieron probar, pero lastimosamente no aguantaron y la verdad que es un trabajo un poco duro, es muy sacrificado. Uno, dejar a tu familia y el otro el buscar la forma de solventarte con los remedios que son un poco caros, las hierbas y también socializar con la gente”, contó.
El negocio del mate es un alivio económico para su hogar. Diana explicó que, en un buen día, puede llegar a ganar hasta G. 80.000, y cuando hace frío, las ganancias se triplican.
“Bastante ayuda, ayudo bastante a mi esposo porque él por ejemplo con lo que gana es muy poco, solventamos y nos mantenemos con eso. Lo más mínimo que realmente llego a hacer son G. 80.000 guaraníes, lo mínimo cuando hace calor y cuando hace frío aumento el triple”, relató. Agregó que el horario en el que más vende es de 4 a 6 de la mañana y también a partir de las 10 de la noche hasta las 1 y 2 de la mañana.
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Venta de mate: trabajo duro que requiere sacrificios
Diana destacó que es un trabajo duro, que requiere sacrificios, incluyendo la búsqueda constante de madera para mantener el brasero encendido, lo que implica una gran inversión de dinero, aunque ella logró construir una red de apoyo con conocidos que la ayudan a conseguir los materiales necesarios. Por otra parte, otra inversión importante son las hierbas que pone en el agua.
“Le pongo variado de remedio. Lo que más le pongo son el supermate y la canela es lo que más le gusta a la gente. Son compuestos de todos los tipos de remedios, como por ejemplo, el anís, la manzanilla, el boldo, el urusu he’ê, ka’a he’ê, todo eso, ya tiene la cacerola, ya tiene todo, está bien hervido y bien centrado. Eso es lo que más le encanta a ellos, que el agua que yo estoy vendiendo, ya tiene el remedio y está bien espesa”, indicó.