Como director del Centro de Estudios Paraguayos Padre Antonio Guasch (CEPAG), Simón Martínez Jara lidera iniciativas que promueven la agroecología en las comunidades campesinas, ayudando a crear redes de comercialización que benefician directamente a los agricultores locales.
En una entrevista con ABC Color manifestó que siempre vivió en dos mundos, uno social y otro religioso, atribuyendo su vocación al ejemplo de sus padres, quienes están profundamente involucrados en proyectos comunitarios en Luque.
Esa dualidad se refleja en su ministerio actual, donde combina sus responsabilidades como vicario en la parroquia Sagrada Familia de Tablada Nueva en Asunción con su trabajo en desarrollo rural.
Algo que diferencia al padre Simón es su visión integral de la fe y la vida. En contraposición a la imagen austeramente tradicional asociada con el clero, este sacerdote no tiene ningún problema en agarrar la guitarra y ejecutarla para conectar más con las personas y Dios a través de la música.
También lleva a cabo jornadas de plantación de árboles junto a jóvenes voluntarios, integrando así su labor ministerial con la educación ambiental en acción.
El fútbol, además de ser una pasión suya, se convierte en sus manos en una herramienta adicional para crear comunidad, con la reflexión de que el deporte inculca valores trascendentales como la colaboración, la constancia y la modestia.
En sus visiones del futuro, el padre Simón anhela expandir su sabiduría en ciencias sociales y agroecología.
Según su argumento, la fe no puede existir de forma aislada y es fundamental comprender y enfrentar los retos tanto sociales como ambientales que se presentan en la actualidad.
Simón Pedro Martínez muestra con su entusiasmo y comprensión profunda del servicio sacerdotal que la vocación religiosa puede ser tan variada y vibrante como la propia vida, motivando a una nueva generación a concebir la fe como un motor activo para generar transformaciones sociales y medioambientales.