Miguel Brítez, coordinador de la actividad explicó que la fiesta en honor al Divino Niño Jesús es una tradición que se desarrolla desde muchos años en Monte Alto Atyrá.
Detalló que justamente en esta edición estarán cumpliendo 20 años de la celebración que se hace en honor al santo. “Entendemos que la devoción y la adoración al Divino Niño es en todo el país y por ello cada 20 de julio tenemos una gran fiesta en la cual recibimos a miles de personas”, dijo.
Recordó que cada año sienten mucha expectativa porque la gente pregunta, quiere participar y demuestra el interés por la actividad. Tanto así que se ha vuelto una de las tradiciones más importantes de la ciudad ecológica.
El coordinador resaltó que con la organización de este encuentro sienten una gran satisfacción de compartir la abundancia que llega del señor todo poderoso, pues ellos perciben una paz y tranquilidad cada vez que observan a las personas llegar para rezar acompañados de sus familias.
“Esta es la forma de compartir el amor con nuestros ere queridos”, expresó.
Indicó que el sábado 20 de julio el programa se encuentra establecido con una misa central que está prevista para las 11:00 y será presidida por el Padre Alejo Insfrán, que es economo Provincial Redentorista del Paraguay y concelebrará el cura Párroco de Atyrá, Felipe Martínez.
Posteriormente se realizará el Karu guazu en el lugar. Para la tarde a partir de las16:00 también se compartirá una misa y una merienda con los visitantes.
En el 2023 se registraron más de 2.000 visitantes y este año se estima que la concurrencia se duplique, ya que el encuentro se hará un sábado.
¿Cómo llegar a la Capilla Monte Alto?
La tradicional misa en honor al Divino Niño Jesús se desarrolla en la Capilla Monte Alto de Atyrá. El sitio se encuentra ubicado en la compañía Monte Alto a 2 kilómetros del barrio Centro.
Historia
Antiguos escritos indican que la devoción al “Divino Niño” empezó en el Monte Carmelo (Israel), donde, según la tradición, Jesús iba frecuentemente a pasear y a rezar con sus padres, San José y la Virgen María, sus abuelos San Joaquín y Santa Ana.
El Niño Jesús se ganó el aprecio y cariño de las personas que se reunían también a orar en el monte, quienes, después de la ascensión de Cristo, continuaron con la devoción al Niño Jesús.
Asimismo años más tarde, los carmelitas extendieron el amor por la infancia de Jesús a todo el mundo.
Cada año, miles de familias van con sus hijos, padres, nietos y abuelos en las diversas capillas para agradecer por los favores recibidos y sentir la bendición del Divino Niño.
A esto también se suma la alegría de numerosos niños/as que acuden a las celebraciones, desde diferentes puntos del pais para disfrutar del Karu guazu.