Encarnar efectivamente la igualdad ante la ley que la Constitución dice que existe es el primer motivo por el que es necesario legalizar el matrimonio igualitario, explicó Simón Cazal, de la organización Somosgay.
“Hasta ahora, el Estado paraguayo es el único de la región que sigue abiertamente tratando a las personas LGBT, a la gente no heterosexual, como ciudadanos de segunda”, criticó.
Cuestionó que las personas LGBT sean consideradas como ciudadanos que tienen todas las obligaciones que implica vivir bajo el Estado, pero ninguna de las garantías jurídicas que el Estado provee, ni siquiera la de la vida o el derecho a la libre personalidad.
Lea más: Matrimonio igualitario: cuatro historias de parejas paraguayas para las que el amor fue más fuerte
“Imaginate lo que le pasa a una niña o niñe trans. Se le despojó completamente de su posibilidad de ser desde el momento en el que se le dice: ‘No, esto que vos sos no encaja en ningún lado’”, indicó.
Matrimonio igualitario de personas LGBT
Cazal dijo que se debe reconocer primero una entidad jurídica que proteja el derecho a las personas LGBT a esa “limitadísima institución” que es el matrimonio, para dar acceso a otra serie de derechos civiles.
“El Estado paraguayo literalmente pone en su Constitución que, por encima de cualquier otra institución familiar, se va a encargar de proteger el matrimonio. No dice que no va a proteger las demás, pero se encarga de nombrar a esa institución”, aseveró.
Lea más: Orgullo Gay: ¿cómo afecta la discriminación a las parejas del mismo sexo?
Afirmó que no existe una protección del Estado paraguayo a instituciones de familias que no encarnen la visión de familia heteropatriarcal.
“El Estado paraguayo es un estado supremacista, heteropatriarcal, capitalista. Esa es su definición. Cada palabra importa. El reconocimiento institucional de un derecho a las personas LGBT entra en directa contradicción con la ideología que el Estado impone, que es la ideología heteropatriarcal familiarista, en la que de vuelta se somete a la mujer, primero, a cualquier otra expresión femenina; segundo, a la dominancia de una figura paterna”, manifestó.
Lea más: Marcha del orgullo 2024: invitan a llenar de colores al Paraguay
LGBT: Estado ni siquiera alivia desigualdades
Simón Cazal dijo que, en esa institucionalidad, el Estado todavía ni siquiera es capaz de aliviar las desigualdades que genera la visión heteropatriarcal.
“Ni vamos a hablar de construir las instituciones que debería de empezar a construir para avanzar a una sociedad más igualitaria, que es la promesa de la Constitución”, expresó.
La experiencia personal de Simón Cazal
Sobre la expresión de amor de personas LGBT, contó que en su caso particular son bastantes reservados con su pareja en su vida matrimonial -se casaron en el exterior, en 2012- y de pareja, ya que al ser activistas, los dos están muy expuestos, y esa sobreexposición de su relación tiene una afectación muy personal, muy pesada e injusta en el escrutinio público.
“Esa experiencia, que es más institucional, viene más de la prensa, del Estado, de las instituciones. Es bastante insidiosa, porque siempre es maliciosa. Siempre nos miran o nos pintan en prensa y en diferentes lados de una manera negativa. Nuestra relación se ve como negativa y eso ciertamente es muy pesado, corresponde al contexto homofóbico en el que vivimos”, indicó.
Derechos LGBT: hay aparatos ideológicos que impactan de manera negativa
El representante de Somosgay dijo que existen aparatos ideológicos que se encargan de desinformar y atacar a los sectores de la comunidad LGBT y son ataques que llegan muchas veces incluso a nivel personal.
“Hay dispositivos ideológicos que actúan en ese sentido. Entonces, claro, el impacto que tiene en tu vida personal es que hay gente en instituciones que habla mierda todo el día -perdón que me exprese así- al respecto de tu vida y te afecta directamente”, lamentó.
Además, contó que también se institucionaliza el discurso contra la comunidad LGBT a través de algunos espacios, incluso de medios de comunicación.
“Esa sensación es generalizada, yo creo para todas las personas LGBT, que tenemos que aguantar figuras homofóbicas o expresiones homofóbicas, inclusive del presidente (Santiago Peña). Y amenazas, constante terror. Esto es casi constante en medios de comunicación. Hay varios, específicamente, espacios de prensa y medios de comunicación comprometidos con desinformar y atacarnos”, criticó.
Lea más: La “Carta de un Amoral”, un hito fundamental en la lucha por la igualdad de derechos en el Paraguay
LGBT: convivencia va a contramano de lo que el Estado instala
Simón Cazal afirmó que la vida cotidiana de la gente en Paraguay es totalmente distinta a la perspectiva a nivel institucional. “La relación, vamos a decirle social, de nosotros como pareja en Paraguay en general cambió muchísimo para bien. La gente en general va totalmente a contramano de lo que el Gobierno y lo que las instituciones intentan instalar”, destacó.
Dijo que el Estado paraguayo tiene un molde específico y la sociedad no va en el mismo sentido. “El Estado va en un sentido autoritario, stronista, castrense como siempre, heteropatriarcal. Pero el sentir popular es totalmente distinto, o sea, el disfrute del espacio público, por ejemplo, es algo que yo aprecio mucho acá. No recuerdo la última vez que me hayan faltado el respeto o a nosotros como pareja; todo lo contrario, siempre se nos trata bastante bien”, indicó.
Resaltó que hay un cambio social muy importante, lo que es visible en las “paradas del orgullo”, que cada vez son más grandes, cada vez hay más gente que sale a la calle. Además, dice que hay más gente abiertamente LGBT en medios, en cultura, aunque no en la política. “En general, la sociedad ya ha cambiado y está mucho más adelante que las leyes y las instituciones y los discursos de los políticos en general”, añadió
“(Los discursos políticos) para mí responden nomás a una línea ideológica muy dura que no encuentra manera de sostenerse que no sea a través de la violencia y la mentira, que es un estándar”, concluyó.