Su vocación por enseñar nació de un profundo amor a los niños, especialmente aquellos con capacidades diferentes. Inició su ejercicio docente en el Instituto Superior Dr. Raúl Peña, donde se formó para enfrentar los desafíos de esta noble profesión.
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“Abracé esta profesión y la abracé con responsabilidad, lo que es ser maestra de niños con capacidades diferentes”, expresó .
Durante 16 años, Elizabeth Carrera dejó su huella en la Escuela Domingo Martínez de Irala en Areguá. Posteriormente, asumió el cargo de directora en la Escuela N० 413 Carlos Antonio López de Caacupemí, ingresando por concurso.
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“Fue una experiencia que me llenó de orgullo y gratificación, pero tuve que salir por problemas de salud”, comentó.
Elizabeth Carrera opinó que el trabajo es ingrato
La labor docente en Paraguay es sumamente demandante y, lamentablemente, poco valorada. “Es un trabajo muy ingrato en el país, ya que no es bien remunerado”, lamentó Elizabeth. “Tener 20, 30 o 42 niños a tu cargo con diferentes caracteres y tener la misma cantidad de padres con diferentes caracteres no es fácil para los docentes”.
A pesar de los desafíos, Elizabeth encontraba su motivación en el progreso de sus alumnos. “Los niños para mí son la razón de todo. Ver a un niño con discapacidad aprender cosas nuevas y desenvolverse en la sociedad es muy gratificante”, expresó con emoción.
La maestra considera que el Estado debe brindar más oportunidades a los jóvenes que culminan su educación básica. “Las autoridades deberían prestar recursos para formar profesionales y que los jóvenes no se arruinen por los vicios y otras carencias que vemos tanto hoy en día”, manifestó.