La historia de los paraguayos que perpetraron el secuestro aéreo más largo en Colombia

En 1973 dos paraguayos secuestraron un avión en Colombia. Sudamérica siguió en vilo el desarrollo de la tempestuosa tropelía. La historia después cayó en el olvido hasta que Netflix la rescató para convertirla en una miniserie intitulada “Secuestro del vuelo 601″, que está a punto de estrenarse. Te contamos la historia real, basada en los archivos de ABC Color de la época.

Francisco José Solano López, conocido como "pirata aéreo". Archivo de ABC Color 9 de junio de 1973.Archivo, ABC Color
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El del avión “Electra-Venus” de la Compañía Sociedad Aeronáutica de Medellín (SAM) de Medellín, Colombia, ocurrido el 30 de mayo de 1973, es conocido como uno de los secuestros aéreos más largos de la aeronáutica, ya que duró más de sesenta horas. Esta historia de película tuvo como protagonistas a dos paraguayos. ¿Quiénes son y qué pasó con ellos?

Se trata de Francisco Solano López Domínguez y Óscar Eusebio Borja (paraguayo naturalizado argentino). Ambos eran jugadores en el club de fútbol Deportivo Pereira, de Colombia cuando ocurrieron los hechos que ahora llegaron al streaming.

Esto es lo que se publicó hace 51 años: el avión de la SAM fue interceptado cuando transportaba 82 pasajeros. Había despegado de Bogotá, Colombia, sin inconvenientes. Tenía prevista una escala en Cali, con destino final Pereira, ambas también en Colombia.

En Cali cambió el curso de la historia: los paraguayos Francisco y Óscar subieron a la aeronave y se sentaron en los últimos asientos disponibles. En pleno vuelo, se pusieron capuchas y sacaron armas para amenazar a la tripulación.

Ambos eran futbolistas, pero se identificaron como miembros de una organización comunista llamada Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque al parecer solo invocaron esta condición ya que en realidad no lo eran.

Secuestradores cambiaron el rumbo del vuelo

Tras amenazar al pasaje y a la tripulación, uno de ellos fue hasta la cabina y ordenó que el avión se dirigiera a Aruba, una pequeña isla del Caribe holandés. Pero el capitán informó que no tenían suficiente combustible para seguir volando. Por esa razón el vuelo fue redireccionado a Medellín, Colombia, donde aterrizó para recargar combustible.

Una vez retomado el rumbo a Aruba, los secuestradores exigieron 200.000 dólares y la liberación de sus compañeros, presos políticos detenidos en una cárcel del departamento de Santander, Colombia.

El avión llegó a Aruba, pero la historia del secuestro apenas empezaba. El negociador de la aerolínea solo disponía de 20.000 dólares. Así que no fue posible avanzar en la negociación y la nueva orden fue despegar rumbo a Perú.

El piloto pretendía aterrizar en Guayaquil, Ecuador, para un chequeo del avión; sin embargo, los secuestradores se negaron. La decisión final fue regresar a Aruba. Allí se dio la liberación de algunos de los rehenes.

También se intentó realizar una segunda negociación. La azafata iba a ser la interlocutora. La mujer llevó comida a los secuestrados, pero los criminales -insatisfechos- dieron la orden de ir a Centroamérica.

Sobrevolaron Panamá, Costa Rica y El Salvador, pero terminaron volviendo a Aruba porque en ninguno de los aeropuertos de esos países se les permitió aterrizar, debido a la ilegalidad que estaban cometiendo.

Secuestradores accedieron a 50.000 dólares

Para aterrizar nuevamente en Aruba, los negociadores pusieron como condición que dejaran descansar al piloto y al resto de la tripulación, que llevaba más de un día volando bajo extrema tensión. Un nuevo piloto de reemplazo iba a llevar consigo un maletín con 50.000 dólares, según se acordó.

El 1 de junio el avión emprendió vuelo con rumbo al sur. Aterrizó en Lima, Perú, donde liberaron a 14 de 23 pasajeros que aún quedaban. De allí partieron a Mendoza, Argentina, donde fue liberado el resto de los pasajeros secuestrados. A esta altura solo quedaban en la aeronave los dos secuestradores paraguayos y la tripulación.

El avión volvió a volar, para detenerse en Resistencia, Argentina y después en Paraguay. Según las publicaciones, Óscar se escapó en Resistencia y desde ese momento no se supo nada de él. La Policía lo buscó, pero no encontró rastros. Por su parte, Francisco saltó del avión en la zona de Campo Grande, Luque, ya en Paraguay.

Solano López contó cómo se fugó

La Policía paraguaya logró detener a Francisco en la noche del 7 de junio de 1973 en una vivienda, mientras dormía, después de una investigación.

Francisco Solano López Dominguez, "pirata aéreo", cuando fue extraditado a Colombia. Archivo de ABC Color, 18 de noviembre de 1975.

Francisco reveló después que, por indicación del piloto de la nave y con la colaboración de la azafata, logró arrojarse desde la puerta delantera del avión, a 300 metros de la cabecera norte del aeropuerto internacional “Presidente Stroessner”, a las 00:20 horas del sábado 2 de junio.

Relató que al arrojarse del avión casi fue succionado por una de las turbinas y golpeado por una de las ruedas. Ya en tierra, cruzó una profunda zanja que separaba ambas pistas de aterrizaje y se dirigió al centro de Luque, por el camino que une Asunción con Limpio.

En la estación del Ferrocarril de Luque se sentó a esperar el tren, sin saber que en realidad tal servicio ya no existía.

Con miles de dólares, el “pirata aéreo” tomó un colectivo

Al darse cuenta de que no podría usar el tren, Francisco decidió ir a Asunción en colectivo. Pero había un problema: no tenía guaraníes, solo dólares americanos.

Por eso, le pidió al chofer que le convirtiera 10 dólares a moneda nacional, a lo que este respondió que solo podía darle mil guaraníes porque no tenía más dinero. Al final, el chofer decidió transportarlo gratis.

Francisco se bajó del colectivo en Barrio Obrero y tomó un taxi hasta Palma y Chile. Allí cambió 300 dólares.

Su primera comida fue en Lido Bar

Ya con esta suma en el bolsillo, pagó el taxi y entró al Lido Bar, que entonces se ubicaba en esa mítica esquina. Las crónicas no lo dicen, pero es fácil imaginarse que habrá pedido un reparador pira caldo. Lo que sí contó el propio Francisco al relatar su tropelía es que para entonces llevaba un tiempo sin comer.

Una vez saciada el hambre, Francisco fue por Palma hasta 14 de Mayo donde volvió a cambiar dinero: esta vez unos 5.000 dólares, con los cuales realizó varias compras.

En una conferencia de prensa, la Policía informó que en Paraguay Francisco visitó a su familiares y compró pasajes aéreos para que su cuñado y hermana fueran a Colombia. A ellos les encargó que acompañaran a su señora e hijos, que seguían en Colombia, de regreso a Asunción.

Mientras tanto, Francisco recorría casas señalando que tenía interés en comprarse una y estaba dispuesto a pagar G. 500.000 por ella. Esa fue la primera pista que tuvieron sobre el aprehendido.

¿Por qué decidió realizar el secuestro?

Francisco le dijo la Policía que decidió realizar el secuestro por la dura situación económica que estaba pasando en la ciudad de Pereira, en Colombia, con su esposa y sus hijos menores. Su carrera futbolística no despegaba y él estaba en aprietos.

Pastor Coronel, el temible jefe de la Policía stronista, comentó entonces que en busca del sospechoso recorrieron las casa de los parientes de Francisco en Paraguay y detuvieron a varios. Supuestamente fueron sus cuñados quienes contaron que el buscado había alquilado una vivienda en Capitán Figari al 929, donde posteriormente fue detenido.

Se recuperó parte del dinero

Del poder de Francisco se recuperaron 18.210 dólares y 256.258 guaraníes, que entonces equivalían aproximadamente a 1.800 dólares. También fueron recuperados 4.500 dólares que los familiares habían enterrado en una vasija.

López fue llevado a Tacumbú y luego extraditado

Francisco fue llevado a la penitenciaría de Tacumbú. En su contra pesaba un exhorto de extradición remitido por un Tribunal Militar de Medellín que lo sindicaba como el autor del secuestro.

En febrero de 1975 se concedió su extradición y en noviembre del mismo año finalmente fue llevado a Colombia. Con importante custodia policial, se embarcó en un avión rumbo a Bogotá.

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