Semana Santa: conocé cómo nació la chipa en Paraguay

La Semana Santa es sinónimo de chipa. Las familias enseñan la elaboración de este tradicional “pan de maíz” a las nuevas generaciones . Pero, ¿sabés dónde nacía y quiénes fueron los precursores? Te contamos en esta nota.

Chipa.Shutterstock
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La chipa tradicional, la chipa kavure o la chipa asador tienen sus inicios en las comunidades indígenas de nuestro país, donde la base alimentaria es sencilla, especialmente elaborada con maíz, mandioca, poroto, coco y maní. Enterate cómo elaboraban las primeras chipas, principal menú de Semana Santa.

El folclorista David Galeano comenta que los inicios de la chipa se remontan a los indígenas en la época de la conquista y se elaboraba sólo con dos ingredientes: maíz y agua.

Los indígenas hacían una especie de pan utilizando el angu’a, un mortero grande que se pisa entre dos a tres personas.

En el angu’a pisaban el maíz, mezclaban con agua, con la que se formaba una masa líquida. La misma era amasada en forma de huevo, sólo con la ayuda de las manos.

Posteriormente se metía entre las cenizas, en el fogón, para que se cocine. Finalmente era retirado del fuego, lavado con agua y ya se encontraba lista para el consumo. A esta preparación le llamaban chipa mbyta.

Con el paso del tiempo y la llegada de los españoles que trajeron vacas, ovejas y cerdos, se fueron agregando elementos a la preparación de la chipa, como la grasa, la leche y el huevo.

Proceso para obtener la harina de maíz y la fariña

Con el “ñemiso o ñemiso jegua” que es el arte de pisar en el mortero de manera coordinada entre dos a tres personas logran la obtención de la harina de maíz.

En el caso de la mandioca se pasa por un aparato denominado “mandi’o yty” que sirve para rayar el tubérculo obteniendo el almidón.

Lo que queda en el cedazo es la fariña, que se utiliza en la elaboración del “typyraty” o chipa kavure. Para la chipa asador es utilizada la harina de maíz.

Antiguamente el mortero y el tatakua eran la combinación ideal para la Semana Santa en los pueblos del interior. En el fondo, el mandiocal.

Tradición que pasa de generación en generación

Es una tarea que se realiza en familia, involucrando a todos los miembros. Es la mejor escuela”, refiere Galeano.

Una vez que esté lista la masa se procede a la elaboración de los moldes. Los más tradicionales son: la argolla, palomita, yacaré y las iniciales de los nombres de los más pequeños de la casa.

Se arranca hojas del banano y se usa como base para que la masa no se pegue ni queme, además de proporcionarle un sabor especial.

La tarea de preparación del tatakua (horno de barro) por lo general queda a cargo de los hombres de la familia, que primeramente deben limpiar con el “typycha”, escoba hecha de hojas secas, luego buscar la leña y preparar el fuego.

Posteriormente, luego del almuerzo se mete las chipas al tatakua y lleva unos 20 minutos de cocción hasta que sale la primera saca.

Una vez finalizada la cocción de la chipa, el fuego es utilizado para cocinar sopa paraguaya, chipa guasú, cerdo, oveja, pescado o ryguasu ka’é (gallina casera) para ser consumidas en la última cena y durante el viernes santo.

Cocido quemado

Para completar el tradicional menú de Semana Santa se utilizan las brasas del tatakua que son puestas en una sartén con yerba y naranja pire (cáscara de naranja) para la elaboración del cocido quemado.

Esta bebida tradicional paraguaya acompañará a la chipa y la sopa paraguaya o bien, se puede consumir sola, fría o caliente; negro o con leche.

Cocido quemado, bebida ideal para acompañar la chipa n Semana Santa.

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