Las tradiciones de Semana Santa que están quedando atrás y las que vuelven

La Semana Santa definitivamente ya no es la de antes. Cada año, algunas costumbres se van perdiendo gradualmente, en tanto que otras -increíblemente- se están volviendo a practicar. El historiador Fabián Chamorro nos recuerda aquellos antiguos rituales que las familias realizaban durante los días santos.

Otra de las grandes tradiciones de nuestro país es la procesión con los candiles de apepú (naranja amarga) para iluminar el yvaga rape (camino al cielo en idioma guaraní) del Viernes Santo, en Tañarandy (Paraguay). EFE/ Fernando FranceschelliFernando Franceschelli
audima

Cuando pensamos en la Semana Santa mirando hacia el pasado, inevitablemente sentimos nostalgia y nos percatamos de que aquellas antiguas costumbres que nos unían en familia ya no se practican, al menos no con la misma solemnidad.

Sin dudas, la conmemoración de los días santos cambió con el tiempo en Paraguay. Hoy todo es un poco más instantáneo, pero para los que extrañan aquellos rituales de religiosidad y cocina, el historiador Fabián Chamorro nos dio un repaso por las épocas que vivimos con nuestras abuelas y tías y que quedaron imborrables en nuestra memoria.

Lea: Siete películas para ver en streaming esta Semana Santa

El chipa apo: el día que se hacía la chipa, que generalmente era jueves, cambió bastante en su metodología. Ya no hay tantos miembros de la familia alrededor de la mesa, ya no se usan las hojas de la planta de banana y ya no es tan usual compartir el horno entre vecinos.

El karu guasu del Jueves Santo

El Jueves Santo era muy usual hacer el tradicional “karu guasu”, generalmente al mediodía, y la gran comida continuaba a la noche, ya que después, el Viernes Santo, se practicaba el ayuno total.

El Viernes Santo antes sí era un día realmente solemne, en el que el silencio reinaba porque cualquier movimiento brusco era perturbar la muerte de Jesús. Los niños no podían correr, ni siquiera hablar fuerte, porque todo era considerado una falta de respeto.

Más info: Semana Santa: durante bendición de palmas instan a ser más solidarios

Una práctica que definitivamente quedó en el pasado, describió Chamorro, es el baño familiar en el río que hacían antes del amanecer del Viernes Santo.

Luego de esta suerte de baño de purificación, volvían a sus casas y, cuando comenzaba a clarear, salían para iniciar el recorrido por las siete iglesias.

Caminata por las siete iglesias

La caminata por las siete iglesias sí es una práctica que hoy en día se está revitalizando, según el historiador.

Pero aún no tiene comparación con lo que era antes, cuando las familias pasaban el día entero en la iglesia para participar del viacrucis, una actividad familiar que hasta la década de 1980 tuvo muchísima fuerza.

Lea más: Festival de chipas: desde las tradicionales a las más novedosas para Semana Santa

La misa considerada más importante en los grupos sociales más antiguos y tradicionales del Paraguay era la del sábado por la noche, pues al día siguiente se celebraban las Pascuas de Resurrección y la idea era alcanzar todos juntos la medianoche, en medio de cánticos y oración.

Recorrido en bicicleta por siete iglesias de Asunción.

Algunos grupos hacían una comida importante luego de la medianoche, a la que denominaban la comida de Pascuas, para festejar la resurrección de Jesús.

“Pascuas” para los chicos

El Domingo de Pascuas por la mañana, los niños corrían por toda la casa entre risas, pues las abuelas acostumbraban a darles una nalgada de Pascuas, que los pequeños temían pero, a la vez, esperaban con diversión.

Los días santos, por lo general el Jueves y el Viernes, la gente iba a los cementerios a visitar a su familiares fallecidos.

Estos días de la Semana Santa, dice el historiador, tenían el mismo movimiento que el Día de los Difuntos y para las familias era muy importante utilizarlos para hacer una comunión con los muertos.

Una práctica que era bastante linda pero que ya no se realiza es la de los estacioneros, que recorrían pasando por las cruces que habían en los barrios y capillas elevando sus cantos dolorosos, especialmente el Viernes Santo.

Aunque algunas tradiciones quedaron relegadas, la Semana Santa todavía tiene un encanto particular que, dependiendo de cada familia, se puede aprovechar para revivir esos antiguos momentos de preparaciones culinarias y comunión. Más allá de la religiosidad, son una buena oportunidad para recuperar la unión familiar.

Lo
más leído
del día