El 24 de febrero fue instituido como Día de la Mujer paraguaya en el año 1867 durante la Primera Asamblea de Mujeres Americanas que buscó promover el rol de las mujeres en la sociedad y su participación activa en la reconstrucción del país.
Este día fue institucionalizado oficialmente en Paraguay más de un siglo después, en el año 1974, a idea y propuesta de la historiadora paraguaya, Idalia Flores de Zarza a la “Academia Paraguaya de Historia”. Sin embargo, pese a las positivas intenciones de conmemoración, el Día de la Mujer Paraguaya ha sido objeto de controversia y debate.
La principal discrepancia surge del contexto histórico en el que se originó la celebración, específicamente en relación con la Guerra de la Triple Alianza. Este conflicto ha sido interpretado de maneras diversas a lo largo de los años, y la narrativa en torno al “sacrificio” y la “heroicidad” de las mujeres durante y después de la guerra es vista por algunos como simplista y hasta idealizada.
Existe además un debate sobre si la conmemoración aborda de manera adecuada los desafíos contemporáneos que enfrentan las mujeres paraguayas, incluyendo la violencia de género, la desigualdad laboral y la representación política.
Nuevos abordajes
Desde la óptica de Cynthia Figueredo, ministra de la Mujer, lo que se debe entender actualmente es que en esta fecha “conmemoramos la lucha de las mujeres, la valentía de las Residentas” y debemos ubicarnos en ese momento histórico.
Reconoce además que en estos días los desafíos son otros. “Tenemos acciones concretas y son las que estamos trabajando: Empoderamiento de las mujeres, más espacios, centros regionales de ayuda en todo el país, albergue para mujeres”, explica. Estos espacios son muchas veces invisibilizados debido a la forma en que se aborda la asistencia a las mujeres, en especial a las que son víctimas de violencia. Es decir, preservar su privacidad y sobre todo su integridad, imposibilita muchas veces socializar lo que se hace al respecto en tiempo real.
Violencia
Al respecto uno de los grandes pendientes es la lucha por la prevención de la violencia. En el año 2023 se registraron 45 casos de feminicidios de acuerdo al observatorio del Ministerio de la Mujer. Y, apenas comenzó el año 2024 y ya se reportaron tres feminicidios y 4 intentos de crimen en Paraguay hasta la segudar mitad del mes de enero.
“En el tema la violencia tenemos dos patas, como yo les llamo. Una muy importante es la prevención, en la educación, en la equidad, la concienciación de que la violencia no es la forma normal de vida”, refiere la ministra de la Mujer. Entre las diversas iniciativas de prevención actualmente se ha renovado la campaña Tababocas 37, un sistema de alerta que pueden utilizar las mujeres que necesiten ayuda concurriendo a una farmacia de plaza (Puntofarma).
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“Hay numerosos puntos a los cuales se puede recurrir y con solo mencionar esta clave se activa el protocolo que conecta con la Policía Nacional y la Fiscalía”, detalla Figueredo. Siguiendo esa línea está próxima a lanzarse también la campaña Socia 37 con una cooperativa”, detalló Cynthia Figueredo.
“Hemos logrado salvar vidas mediante esta campaña, pues muchas veces las mujeres sienten miedo de acudir a una comisaría. Figueredo también respondió sobre la idea de sectores que insisten desaparecer al Ministerio de la Mujer. “Ese tema es de otro estamento, yo quiero hablar de la gestión que realizamos, para seguir trabajando a mediano y largo plazo.
Mujeres del campo e indígenas
Por otra parte, en la visión de las mujeres campesinas una materia pendiente en sus derechos es el acceso a la tierra y en la conservación de la misma para el desarrollo y la subsistencia.
“Para las campesinas e indígenas, el Día de la Mujer Paraguaya no solo es una fecha para valorar su natural solidaridad y abnegación, sino también una oportunidad para reflexionar sobre sus propias luchas y desafíos en la actualidad. A menudo enfrentamos dificultades como la discriminación de género, la falta de acceso a la educación y la salud, así como la lucha por la tierra y los bienes naturales”, reflexiona la dirigente campesina Alicia Amarilla, coordinadora nacional de la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas (Conamuri).
Asimismo persisten las desigualdades salariales para las mujeres en el mismo cargo y que ganan 26% menos que un hombre de acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas.