Roberto Paredes es escritor y periodista. Cuenta con al menos 47 libros, de los cuales 32 tratan sobre el stronismo y los 35 años postdictadura. En entrevista con ABC remarcó el punto de inflexión que significó el golpe de Estado al Gobierno de Alfredo Stroessner el 2 y 3 de febrero de 1989 en la historia de nuestro país.
“El golpe marca un punto de inflexión porque se termina con casi dos siglos de autoritarismo y se inicia el único proceso democrático que conoce la República del Paraguay desde 35 años después. Es el único fuera de este proceso, no existió otro. Demostró el enraizamiento del stronismo tan fuerte, que solo era posible sacarlo del escenario por una vía violenta”, explicó.
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Contó que la idea de sacarlo a Stroessner nace ya en 1975, cuando Jimmy Carter, presidente de los Estados Unidos, lanzaba la política de derechos humanos a la que se adhirieron los países europeos y Japón, y desde los países centrales se impulsa la redemocratización de América Latina.
Golpe a través de la oposición era imposible
El plan de redemocratización de Estados Unidos incluía Paraguay. Afirmó que intentaron hacerlo a través de la oposición, pero era imposible porque no había cuadros políticos suficientes y capacitados como para administrar el país, por lo que se tuvo que recurrir a un sector del Partido Colorado, que es el sector tradicionalista, indicó Paredes.
“En eso se basó la conspiración desde el punto de vista político. Desde el punto de vista militar se conversó con varios generales, pero se llegó a la conclusión de que el único que podría tener la fuerza suficiente, la legitimidad militar para liderar ese golpe, era el General Rodríguez”, dijo.
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Indicó que Rodríguez no fue por accidente el líder del golpe, eso se negoció con Estados Unidos, donde tenía algunas cosas pesadas en contra, por lo que se llegó a un acuerdo, él se dispuso a promover la destitución de su consuegro, cosa que se consiguió con relativa facilidad.
Las tres fuerzas elementales del golpe del 2 y 3 de febrero
Paredes explicó que el golpe en sí comprometió activamente a tres fuerzas fundamentales: Caballería, Infantería y la Marina. Con Andrés Rodríguez siendo comandante del ejército, Baumelio Bernal en Infantería, Eduardo González Petit en la Marina y Lino César Oviedo en Caballería, contaba con las fuerzas necesarias para concretar el golpe, según el escritor.
“Estaba instalado de hecho el Comando en Jefe prácticamente dentro de la Caballería, y era la fuerza militar más importante. La infantería estaba liderada por el general Baumelio Bernal, militar de extendida trayectoria que participó de la invasión de Santo Domingo, hecho que se produjo en los años 60 por orden de los estadounidenses para combatir a grupos de izquierda. Y la otra fuerza, la Marina, en su totalidad encabezada por Eduardo González Petit, vicealmirante, hijo de uno de los troncos del coloradismo que era Dionisio González Torres, el magnífico Redentor”, relató.
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Para lograr tener éxito y la menor cantidad de bajas posibles, contó que desactivaron dos fuerzas que podrían haber defendido fácilmente al stronismo: la aeronáutica, que podía bombardear los cuarteles de Infantería, Marina y Caballería, pero hicieron un complot interno, así como también en el Regimiento Escolta Presidencial, que era una tropa de élite de 1.200 hombres.
“La única fuerza que le quedó en la Capital leal al stronismo fue la Policía, encabezada por el general Alcibíades Brites Borges, pero la Policía no tenía condiciones de resistir ataques militares fuertes como el que realizó la Marina”, refirió.
Golpe del 2 y 3 de febrero: operación 33
El golpe se había planificado para ejecutarse el 3 de febrero a las 3:00 de la madrugada, motivo por el cual la operación se llamó “Operación 33″, pero el día 2 los golpistas tuvieron que improvisar una acción militar porque Stroessner había llegado hasta la casa de Ñata Legal, su amante y madre de dos de sus hijas.
“Se improvisa una acción militar que fracasa. Estaban siendo esperados y a fuego cruzado de ametralladoras fueron recibidos los atacantes y ahí, en la casa de Ñata Legal, hubo nueve muertes. Ese fue el inicio del golpe, el día 2 a la noche. Alrededor de las 20:00 Stroessner ya estaba entrando al Comando en Jefe para refugiarse y Rodríguez se dirigía al RC3 para pedirle a Oviedo que preparara sus tropas para salir de inmediato para atacar el escolta presidencial”, relató.
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Dijo que pese a que existieron enfrentamientos, en relación de fuerzas militares se esperaba que la artillería de Paraguarí, de la que Stroessner fue comandante cuando era teniente coronel, se mantuviese leal o reaccionarse en su defensa, pero no hubo ninguna reacción.
La toma de la Policía Nacional y del Palacio de López
También los golpistas movilizaron las tropas con los tanques del RC2, con sede en Cerrito, a cargo de Pedro Concepción Ocampos, hacia el REP, mientras que las fuerzas de la Marina, a cargo de González Petit, fueron a pie y por el río a atacar la sede policial y rodear el Palacio de López.
“Sus objetivos militares, que eran atacar y tomar la Policía, que lo hizo fácilmente. También el Canal 9, la Comisaría Primera y atacar el Palacio de López, pero sin destruir la edificación, solamente en las bases, esa era la orden. Usaron dos pequeñas naves: se usó el Cabral, sobre todo, que era una nave de combate, y desde ahí se bombardeaba desde el río la base de la construcción del Palacio de los López, mientras que los marinos de a pie atacaron el Palacio por los costados y por el frente”, agregó.
La entrega de Alfredo Stroessner
Stroessner se entregó poco antes de las 04:00. Subió a su coche presidencial y un Jeep encabezó la delegación liderada por Vladimir Boronieski, seguido de un primer tanque, en el medio iba el vehículo donde iba Stroessner, su hija, su hijo y la esposa de su hijo con Miranda, el chofer, y el coronel Lino César Oviedo (Carlos 3) y detrás de ellos dos tanques más.
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La columna avanzó lentamente a 40 kilómetros por hora y lo introdujeron a Stroessner en la caballería por el costado, porque enfrente ya había una multitud que se había sumado para festejar o para ayudar a los golpistas.
La detención de Pastor Coronel y el fallido ataque a la aeronáutica
Paredes incluyó dos hechos anecdóticos: la primera cuando apresaron a Pastor Coronel, uno de los hombres fuertes del stronismo. Un teniente, de apellido Martino, lo apresó en el departamento de investigaciones. Le dijo “cuerpo a tierra”, se arrojó, despacio al suelo porque tenía sobrepeso, y dijo: “Yo soy el jefe”, y Martino le puso la pierna sobre la espalda y le dijo: “Usted era el jefe, ahora es un prisionero”, y lo llevaron a la Marina.
La otra anécdota es el ataque a la aeronáutica, que estuvo a cargo de Regis Romero, donde fueron dos tanques, uno de los cuales cayó en un lodazal, y el otro, que chocó contra el portón principal, cayó en un pozo ciego, generando un disparo que penetró las paredes del despacho del comandante, donde no había nadie en ese momento.
“Eso demostró que los golpistas no estaban adiestrados suficientemente, porque no puede ser que vos lleves tanques, que uno se caiga a una cuneta y el otro caiga en un pozo ciego, o sea, fue un golpe de Estado desprolijo, evidente que hubo un arreglo de fondo entre golpistas y golpeados que facilitó la rápida definición de la salida de Stroessner”, opinó.
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Agregó que todos los paraguayos fueron a dormir con la conciencia plena de que el número dos de la jerarquía stronista era el General Rodríguez y al día siguiente, toda la ciudadanía, como transformándose mágicamente, estaba aplaudiendo al padre del proceso democrático, el mismo general Andrés Rodríguez saludando a la multitud desde los balcones del Palacio de López. En total hubo 43 muertos.
De stronistas a demócratas
Paredes contó que el día 3 de febrero los estronistas, como tocados por una varita mágica, se convirtieron en demócratas y salieron a las calles a festejar la caída del dictador.
“Los stronistas que se sumaron a los opositores, ahí comienza una nueva historia, la era de la construcción democrática que se arrastra hasta ahora. Finalmente, en estos últimos años, con más sombras que con luces, pero en un inicio, con más luces que con sombras”, refirió.
Dijo que hubo aciertos y grandes errores, pero el peor error se cometió en el 92, al hacer una Constitución bastante limitada, plagada de defectos que tienen que ser arreglados.
“Y no es que se trabó el tema de la reelección porque se miró hacia el stronismo, eso es falso. Se evitó la reelección de Rodríguez, que era una necesidad porque la tarea central que se tenía era resolver el tema militar y el único que podía y tenía fuerza para resolver eso era el General Rodríguez, y al no resolverse el tema militar, tuvimos el factor Oviedo, tuvimos un intento de golpe de Estado en el 96. Tuvimos la muerte de Argaña en el 99, renuncia de presidente viajando al Brasil o sea, degenero en hechos terribles”, finalizó.
Los 35 años de democracia: faltan elementos
La politóloga e historiadora, Milda Rivarola, dijo que al comienzo de los 90 todos coincidían en hablar de transición a la democracia sin entender muy bien de qué tipo de dictadura habíamos salido y que 35 años después es difícil decir que el regimen en el que vivimos es democracia. Agregó que la democracia no es que sea mala, que es la proyección de la gente que solamente conoció la misma como régimen político, sino que le faltan elementos constitutivos.
“Eso es lo que causa como crítica y desagradado en la población. Hay elementos de la década de los 90 y de los 2000 que sí se construyeron como sustento de democracia. Uno de ellos es todo lo que supone reforma legal, o sea, los códigos civiles, penales, procesales, la Constitución del 92, la reforma legal si tuvo originalmente muy buenas intenciones y de alguna manera también lo que fue la reforma electoral, la revisión de los padrones, la creación del tribunal electoral”, indicó.
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Dijo que la justicia también en su origen tuvo buenos auspicios, porque se creó un Jurado de Enjuiciamiento, la Corte Suprema se constituyó con juristas buenos, lo que dieron elementos como para ser sustentables en el tiempo. De la década siguiente del golpe, de toda la crisis con Lino César Oviedo, el gobierno de Luis González Macchi, lo que hubo es el aseguramiento de derechos de tercera generación, o sea todo lo que son políticas sociales de mediados del gobierno Nicanor DUarte Frutos y del gobierno de Fernando Lugo, el único gobierno no colorado desde la apertura democrática.
Degradación de las instituciones por la corrupción
Dijo que hubo aportes importantes de los distintos partidos políticos institucionalmente, que prometían llegar a un sistema republicano democrático, pero que después de la interrupción del gobierno de Fernando Lugo en el 2012, lo que hubo fue una degradación o corrupción de muchas de esas leyes e instituciones que se habían creado y una inesperada vuelta de sanción de derechos civiles y políticos a través del clientelismo y el autoritarismo mediante algunas medidas.
“Difícilmente podemos llamar no solo democracia, sino también es difícil de llamarle República, no hay división real de los poderes. De los poderes que son electos, el poder central no sale realmente una votación ciudadana, ni una elección ciudadana, sino de poderes fácticos ya establecidos antes, son casi reelecciones o elecciones a dedo alrededor de los que ya están en el poder”, refirió Rivarola.
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Causas del entorpecimiento de la democracia
La politóloga afirmó que se creó un corporativismo entre el poder político y económico, que ya había en el periodo de Stroessner, y como la elite paraguaya no tiene un proyecto de Estado distinto, pese a que protestan, sacan títulos, se quejan, realmente no les importa.
“Yo creo que hay dos causales grandes de, si querés llamarle, el fracaso de la construcción democrática. Uno de ellos es que el mismo partido permaneció en dictadura y en democracia, o sea, los actores no cambiaron básicamente y otra causal fuerte es que la elite económica tampoco aportó a la democracia, o sea, tampoco se sumó a crear corporativamente un régimen de estado social de derecho, ni democracia republicana o algo parecido, o sea, entró en negocios y presiones sobre el Estado y se satisfizo con lo que hay ahora”, explicó.
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Sobre la oposición afirmó que el fracaso no es responsabilidad PLRA, que tuvo el mismo comportamiento actual ya en el stronismo, con la división de oficialismo y oposición, siempre fue un partido que jugó a dos aguas.
Resaltó que el error, o la incapacidad, fue que todos los terceros partidos que se crearon como alternativa a esa alianza bipartidista fracasaron en el tiempo, duraron dos periodos como máximo y después desaparecieron, por lo que no se pudo modernizar el sistema partidario.
Referéndum, el único mecanismo real de participación ciudadana
Rivarola dijo que es necesaria la participación ciudadana, pero sin reforma radical de los partidos políticos, solo quedan las buenas intenciones que no llegan a penetrar en la política estatal, no llega a cambiar radicalmente la política. Agregó que si bien derepente hay estallidos sociales como el Marzo Paraguayo, que pueden echar un ministro, un gobierno, pero no consiguen modificar el sistema político, ni modificar la lógica del Estado.
“La receta de la opinión pública y de los medios de comunicación es la participación ciudadana, pero la ciudadanía no tiene legalmente en Paraguay mecanismos efectivos de elección, el referendum es el único mecanismo de participación social ciudadana efectiva que hay en la constitución, los otros son comités, asociaciones, pero fíjate que ninguna de las leyes que salieron de iniciativas populares se votaron o no fueron aprobadas, o están pero debilitadas en el cuerpo jurídico”, indicó.
Remarcó que históricamente lo que modernizó la política fueron facciones del partido gobernante que se volvieron más civilizadas y más modernas. Dichas facciones existieron incluso dentro del periodo liberal, cuando resurgió el radicalismo, que hizo que el sistema político mejore radicalmente, pero eso no está sucediendo en ninguno de los dos grandes partidos ahora.