Misa de Caacupé: Iglesia, preocupada por pobres resultados en educación

En la misa central de la Virgen de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela habló sobre varios temas sensibles. Por un lado, resaltó que se debe orar por los gobernantes, porque hoy “están sufriendo el acoso por parte de poderosos organismos internacionales”. Además, expresó su preocupación por los malos resultados de las pruebas PISA y las propuestas para cambiar la ley de Educación Superior, pues corre el peligro de atentar contra principios constitucionales.

Monseñor Valenzuela preside hoy la misa central de Caacupé.Fernando Romero, ABC Color
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Numerosos representantes del Gobierno participaron hoy de la misa central en honor a la Virgen de Caacupé, en la Basílica de la ciudad que lleva el mismo nombre. En la ocasión, el encuentro estuvo presidido por monseñor Ricardo Valenzuela, quien inició agradeciendo la presencia del presidente Santiago Peña y miembros de su Gabinete.

Durante su homilía, luego de una extensa reflexión, pidió orar por la familia, para que permanezca unida y pueda ejercer una “influencia positiva y eficaz en nuestros hijos”. También pidió orar por los enfermos, por los gobernantes y por la paz.

Muchos gobernantes están sufriendo el acoso por parte de poderosos organismos internacionales, que de forma sistemática, y ciertamente, ellos, hombres y mujeres como nosotros, no están exentos de las flaquezas humanas, por lo que necesitan del auxilio del Espíritu Santo para ser fieles cada día”, expresó.

Pidió orar por los gobernantes, para que obtengan sabiduría y discernimiento, dones necesarios para promover la dignidad del ser humano, la libertad, la justicia, la paz y el bien común. “Cuando predominan los justos, la gente se alegra; cuando los malvados gobiernan, la gente sufre”, enfatizó, citando los Proverbios 29:2 y recibiendo una ovación de los fieles.

Entre los presentes, se encuentran el ministro del Interior, Enrique Riera; el titular de Justicia, Ángel Barchini; el ministro de Educación, Luis Ramírez, y el fiscal general del Estado, Eugenio Giménez Rolón, además de varios otros ministros, senadores, diputados, gobernadores, intendentes y altos mandos militares.

Vista de la Basílica de Caacupé, rodeada de miles de fieles, esta mañana para la misa central en honor a la Virgen.

Educación

En otro momento, el obispo destacó lo indicado por los jóvenes en un manifiesto en el cual expresaron su preocupación por la educación. Lamentó los pésimos resultados de las pruebas PISA. “El nivel educativo no mejora”, señaló.

También se hizo eco de la preocupación manifestada por los referentes de Educación Superior, ante propuestas de cambiar la Ley 4.995/2013. Al respecto, indicó que la revisión, derogación o enmienda de la ley de Educación Superior requiere de análisis profundo, con la opinión de expertos y sobre todo un amplio debate.

“Dicha ley es un avance muy importante en la historia de la Educación Superior del Paraguay. Plantearla de manera inconsulta y apresurar cambios, hasta tal punto de proponer la gobernanza del órgano que rige la Educación Superior en instancias políticas, corre el peligro de atentar contra principios constitucionales, como es la autonomía universitaria. Nuestra Constitución en su artículo 79, con el principio de autonomía universitaria, establece que la gobernanza, las ofertas académicas y la gestión es propia de la academia”, enfatizó.

En ese sentido, centró su atención en la generación de conocimiento, enseñanza y la investigación, con suficiente respaldo para un sano análisis de la verdad. “Desde ahí deben salir las propuestas serias para orientar las decisiones que convengan en la dirección del Paraguay que nos merecemos. Esto no estaría garantizado si también se somete la Educación Superior a intereses sectarios, como es el poder político, hoy tan cuestionado desde distintos ámbitos”, acotó.

El presidente Santiago Peña y el vicepresidente Pedro Alliana, en la misa de hoy.

Violencia contra la mujer

En otro punto, monseñor Valenzuela habló sobre la gran cantidad de mujeres que sufren violencia psicológica, verbal, física y sexual. “Es impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas. Las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad. Para los hombres y para toda la humanidad. Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar. No podemos mirar para otro lado”, reflexionó.

Pidió orar por todas ellas y luchar por una sociedad más justa, que las proteja, escuche y alivie su sufrimiento.

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