Monseñor Steckling presidió la misa en el séptimo día del novenario de la Virgen de Caacupé. “Cuánta gente necesitaría de una buena palabra, un seguimiento. Cuántos jóvenes hacen la Confirmación y después ¿quién los acompaña?”, expresó.
“Nos hace falta esta expresión de la vida cristiana que Cristo nos exige para superar la escasez de las vocaciones. Jesús comienza desde las necesidades de la misión y el primer paso es hacer una pequeña comunidad, una experiencia de misión”, dijo.
“Necesitamos sentir eso, lo que sentía Jesús. La cosecha es abundante, los obreros pocos y no estamos aquí para lamentarnos de problemas de una institución. De hecho hay un buen número de seminaristas, pero hay que alentarlos porque son como 160 en el seminario nacional del Paraguay, y hay otros seminaristas en las congregaciones”, refirió el religioso.
“Muchas hermanas también que se preparan para su misión, pero falta más. Ojalá tuvieramos muchos sacerdotes como Julio César, misioneros como el primer mártir paraguayo Roque González Santa Cruz , religiosas como la beata Chiquitunga”, expresó el obispo.
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Hay países que desconocen a Jesús
Monseñor señaló que en otros países también hay escasez de sacerdotes e incluso no se conoce a Jesús.
“Pensemos lo que el papa Francisco llama las periferias existenciales en los barrios más difíciles de nuestras ciudades. En las zonas donde manda la mafia cuánta necesidad no es que enviando un sacerdote o una hermana a la comunidad todo va a cambiar, pero la presencia hace una diferencia. Ojalá que estemos al menos presentes y acompañando.
Cómo no sentiria la virgen María esta necesidad, si nos ve orando y pidiendo un problema. Ella intercede por nosotros, dijo.
Podríamos pensar que nos contentamos con lo que ya hay. A veces pienso que Dios permite esta escasez de sacerdotes para que todos los bautizados nos despertemos, pero sería una equivocación decir nos contentamos con eso porque la iglesia no está completa sin sacerdotes, sin consagrados. Ahí falta algo esencial, también seria una equivocación.
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Monseñor Steckling indicó que tampoco hay que invitar a cualquiera en este trabajo. Gente que ni siquiera se compromete en su comunidad no puede ser después sacerdote o que tiene alguna dificultad en su vida que le va a impedir ejercer este misterio y representar a Cristo sacramentalmente.
“Lo que nos dice el Evangelio de hoy pidan al dueño de los sembrados, solamente Dios puede solucionar eso. Dios sabe, solo él quiere que le pidamos gritando. Vemos a muchos sacerdotes que corren y eso no es bueno para nadie porque no damos abasto”, expresó.
“A veces nuestra oración por las vocaciones puede ser muy directa. Algunos santos nos dicen hay que pedir en el lenguaje antiguo algo concreto”, puntualizó monseñor Steckling.