Monseñor Ricardo Valenzuela ofició la misa dominical recordando la Jornada Mundial de los Pobres. En su prédica, habló sobre las familias y los niños perdidos y lamentó que muchas veces incluso haya personas que atenten contra la familia.
“Hay que estar a favor de la vida, pero no vemos el empeño de la gente a su favor. Luchan por el aborto. ¿Qué es lo que hacemos? Tenemos que defender la vida”, expresó.
“El Señor dijo claramente: ‘Vayan y procreen. Tengan hijos’. No es maten a sus hijos”, cuestionó.
Así también, refirió que actualmente hay una educación “paupérrima” en la cual no se pone el empeño que corresponde para cambiar y mejorar la situación de nuestro país.
“Tan necesitados de apoyo están todos en este momento y, por eso, cuidado con estancarse”, dijo monseñor.
“Pregúntense si en su hogar, en las relaciones sociales, con los amigos o en la parroquia, ¿hacen fructificar los talentos de la inteligencia o de salud para hacer el bien? Si tenemos salud, ya somos ricos; no lo usen para robar o hacer daño”, añadió.
Así también, indicó que los cristianos deben procurar promover con más profundidad los valores para la familia, la educación, para la defensa de la vida, los derechos y tantas cuestiones que requieren de mucha ayuda. “Hay tanto por hacer”, resaltó.
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Evitar los pecados
Monseñor Valenzuela también mencionó que se deben evitar los pecados, las críticas, murmuraciones, la envidia, hablar mal del prójimo, los rencores y los malos tratos. “Decimos que esto no es pecado, pero esas personas no reparan que existen las omisiones”, lamentó.
“A lo mejor no se hace nada malo, pero tampoco hay un empeño continuo a favor de la familia: hay que trabajar para reconstruir las familias”, dijo monseñor.
Asimismo, señaló que “el tiempo que dura el viaje hasta el regreso, esa es nuestra vida”.
“El Señor siempre vuelve y el banquete es el reino del cielo, así que en su infinita condescendencia el Señor nos ha confiado unos bienes con los que nosotros tenemos que negociar”, detalló.
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“Uno de los obstáculos con que normalmente nos encontramos es el estancamiento. Mientras unos trabajan alegres y generosamente en la tarea encomendada, hay otros que se estancan y están paralizados, buscando excusas que Dios desaprueba”, explicó.
“El siervo perezoso es la viva imagen del cristiano, que cuando tendría que llevar una vida de piedad y comprometerse en la tarea de la evangelización se esquiva de su conciencia”, agregó Valenzuela.
“No enterremos la oportunidad de hacer algo bueno por el prójimo”, enfatizó.
Novenario de la Virgen de Caacupé
El novenario de la Virgen de Caacupé se iniciará el próximo 28 de noviembre y, ante esto, ya se puede observar que la cantidad de visitantes en la capital espiritual es cada vez mayor.
Este domingo se tuvo una importante concurrencia de peregrinos que acudieron con sus familias desde Ciudad del Este, Luque, Curuguaty, Misiones, San Pedro, Fernando de la Mora, Santa Rita y muchos otros territorios.
La animación de canciones religiosas estuvo a cargo del Coro Santa Cecilia de Atyrá.