Rodrigo Nicora, viceministro de Política Criminal, reconoció esta mañana en conversación con ABC Cardinal que la medida del Gobierno de reabrir Tacumbú, en coincidencia con el reclamo del grupo criminal clan Rotela, es para ganar tiempo.
El viceministro explicó que Tacumbú tiene una capacidad para 1.530 personas y al momento del cierre tenía casi 3.000 -dos personas en un espacio para una- y que con unas 250 personas egresadas del penal en los dos meses que duró la medida de cierre, ese índice bajó a 1,7 personas en un espacio para una.
Esto, frente a penitenciarías como la vieja cárcel de Emboscada, que con una capacidad para poco más de 400 personas, la población ya llega a las 1.600, por lo que el índice es de 4 personas en un lugar para una sola. La penitenciaría Padre de la Vega, por su parte, con una capacidad para 720 personas, alberga a 1.632, con 2,27 personas en un espacio para una.
El viceministro explicó, resumiendo estas cifras, que en el área metropolitana, la cárcel de Tacumbú es la que actualmente se encuentra en mejor posición de recibir a más personas, en el contexto que se tiene, donde unas 80 personas ingresan al día al sistema penitenciario.
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Apertura de Tacumbú es el “mal menor”
Nicora señaló que si se resolvía el cierre de estas otras dos penitenciarías, sin la reapertura de Tacumbú, estarían ante un verdadero problema jurisdiccional, teniendo en cuenta la inmensa cantidad de personas que esperan ingreso en judiciales y que con ello quedarían excluidas del radio de arraigo familiar y de tramitación de causas.
Además, explicó la decisión de mantener abierta la cárcel Padre de la Vega para no cargar de vuelta la Penitenciaría Nacional y tener esa alternativa para la enorme cantidad de personas que ingresan a prisión. “Tenemos un altísimo índice de la imposición de la prisión preventiva, entonces es como que vos querés cerrar una canilla para evitar una inundación, pero toda esa agua va y colapsa en otro lado”, señaló.
El viceministro señaló que ante este panorama se ven forzados a hacer “malabarismos” para evitar que el problema reviente en otro lado.
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“En Tacumbú no tenemos 100% de control”
Nicora reconoció que la medida es solamente para “ganar tiempo” y que no se tiene, de ninguna manera, el 100% del control del penal de Tacumbú. “Tenemos un cierto control, tenemos un statu quo al que nosotros apuntamos. Tenemos que buscar un bien general, porque en este momento de nada sirve entrar en guerra y no solucionar una cuestión de fondo”, confesó Nicora.
Asimismo, reiteró que lo que buscan es “ganar tiempo para una estrategia y en el momento en el que se tenga que implementar, primero agotar todas las instancias de diálogo y de acercamiento para poder llevar adelante lo que tengamos que hacer”.
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