En ocasión del Día de Todos los Santos o Halloween, que se conmemora hoy, funcionarios del Cementerio del Sur realizaron desde la tarde de ayer patrullajes por ese camposanto de Asunción, a fin de prevenir incursiones de personas que quieran realizar “rituales”, como suele ocurrir particularmente cada 31 de octubre.
Belén Núñez, una de las funcionarias del cementerio, comentó que frecuentemente se suelen encontrar rastros de rituales o “payé” en el recinto, incluyendo pequeños animales muertos.
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Otro de los funcionarios, Óscar López, indicó que entre ayer y la madrugada de hoy los custodios realizaron recorridos cada 15 o 20 minutos para impedir que entren personas luego del cierre de los portones del cementerio, a las 18:00.
López comentó que habitualmente entran “todo tipo de personas” al cementerio: desde gente que busca un lugar para dormir y adictos a las drogas hasta otros que “vienen a esconderse” de sus parejas.
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Jorge Austen, por su parte, señaló a los drogadictos como el principal problema de seguridad del cementerio, indicando que entran por una de las murallas bajas.
“Ruidos” sin explicación
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López admitió que los funcionarios tienen cierto temor al trabajar en un cementerio, “pero tratamos de controlarnos”.
“De repente escuchás ruidos y no sabés si es perro, es gato o es ‘chespirito’ (…) Entre eso se camuflaya la gente que viene a hacer rituales”, dijo.
“Existen cosas que no podemos explicar, escuchamos ruidos. Frente a la cruz mayor hay niños que juegan, se ríen”, coincidió Austen.