En algunas instituciones del Estado suele haber calificados y eficientes funcionarios y eso depende de la política pública del ente en particular, pero sobre todo del entrenamiento de los mismos, dijo el filósofo colombiano Bernardo Toro en una entrevista efectuada luego de la charla, preparada por la organización Horizonte Positivo, en la Universidad Comunera (UCOM).
“A veces se cambia la política (con nuevas leyes) y no cambia el entrenamiento de los funcionarios; entonces, el empleado se siente ineficiente o en contradicción. Pero otras veces el empleado está muy bien entrenado, pero al cambiar la política en otra dirección su entrenamiento se pierde”, comentó el experto.
Argumentó que si la formación específica del funcionario público no se articula con la política pública, mediante planes de capacitación y de formación, ambas cosas pueden sufrir.
“El éxito de los países cuando cambian la política pública es que inmediatamente también comienzan un reentrenamiento y capacitaciones de los empleados, para que los mismos puedan responder a esa nueva política”, expresó.
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Insistió en que muchas veces los gobiernos cambian la política pública en alguna área, pero no forma a los empleados en esa nueva política, razón por la que surge una serie de problemas y contradicciones y el que termina sufriendo es el funcionario; además, la política se pierde o la administración pierde imagen ante la opinión pública.
“El Estado es la institución más compleja de una sociedad, no hay ninguna empresa privada o fábrica en ningún país del mundo que sea más compleja; dirigirlo requiere mucho talento, capacidad administrativa, no solo capacidad política”, remarcó Toro.
Añadió que por esa razón, cuando se propone algún cambio en la educación, en la seguridad o en otra área, si no se reentrena en esa dirección a los funcionarios públicos, genera nuevos protocolos en sus funciones, el cambio se perderá y comenzará a poner en problemas a los mismos.
Amplió que dichos problemas no tienen nada que ver con que sea buena o mala la política, si no que al no haber coordinación no se puede avanzar y salir adelante. “Este tema muchas veces no lo entienden los líderes políticos y cambian la política, pero los empleados quedan con los aprendizajes anteriores. Esto vale para cualquier área, educación, salud, etcétera”, afirmó.
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Sobre el tema de la charla, “El perfil del servidor público en las economías emergentes”, Toro refirió que en las economías emergentes se busca cómo agregar valor global a lo que hace el Estado, ya sea por razones de materias primas o por innovación.
Añadió que eso no depende del empleado sino del modelo de desarrollo propuesto por los líderes políticos, del modelo de participación.
“El empleado es un funcionario del Estado y de él depende que las promesas que hagan los políticos se cumplan”, manifestó.
Al ser preguntado sobre la incorporación de más funcionarios públicos en cada cambio de gobierno, explicó que eso muchas veces depende de la necesidad de agregar valor, de sumar servicios y no necesariamente signifique algo negativo.
“El aumento de la gente en la función pública puede significar que se está buscando generar más valor, pero si no se genera más valor, entonces se genera más burocracia y más costos para el Estado, volviéndola lenta”, justificó. Aclaró que el objetivo debe ser reentrenar a los servidores públicos para agregar valor al servicio público, valor social, valor económico, y eso vale para cualquier organización pública o privada, afirmó.