Ente internacional debería operar la hidrovía, señala ex embajador brasileño

Crear una autoridad internacional que se encargue de la operatividad de la hidrovía, para no dejarla a intereses de uno u otro país integrante de la cuenca, es lo que propuso el diplomático brasileño Rubens Barbosa, el conversatorio Dende, con el objetivo de evitar conflictos como el que se desató entre Paraguay y Argentina, por el peaje.

Vísta desde un avión, de un sector de la hidrovía Paraguay Paraná, principal vía del comercio internacional de nuestro país.
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El ex embajador de Brasil en Inglaterra y Estados Unidos, Rubens Barbosa, que ahora es presidente del consejo de la Asociación Brasileña de Productores de Trigo y del Instituto de Relaciones Internacionales, dijo que, para viabilizar su idea de crear un organismo internacional para administrar la hidrovía Paraguay - Paraná, es necesario hacer una modificación al acuerdo de transporte fluvial ante la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). El mismo habló del tema en el conversatorio Plaza Pública Dende, moderado por Yan Speranza y Alberto Acosta Garbarino, en la semana última.

Comentó que si una autoridad internacional manejase todo lo relacionado con la hidrovía, el mantenimiento, la señalización, entre otros servicios, se podrían evitar disputas entre los países.

“Los barcos que pasan por la hidrovía, cuando lleguen a otros países, tienen que cambiar toda la tripulación; hay costos en esto. Con una autoridad internacional aumentaría la seguridad jurídica y atraería inversiones para desarrollos regionales con nuevos puertos y almacenes a lo largo de todo el trayecto, desde Puerto Suárez (Brasil) hasta Nueva Palmira, Uruguay”, planteó.

También mencionó la posibilidad de construir la esclusa de navegación de Itaipú e incorporarla en el circuito a la hidrovía Tieté- Paraná, haciendo que el transporte de productos sea completamente en barcazas, sin necesidad de cambiar de modalidad.

Rubens Barbosa, ex embajador del Brasil en Inglaterra y EE.UU.

Señaló que el río Tieté, que atraviesa San Pablo, tiene un transporte muy grande de mercancías. Indicó que la esclusa en Itaipú está incluida en el propio tratado, pero no se avanzó.

“El aumento del tráfico de la hidrovía por el aumento de la agricultura y de la minería en la región de los Andes, puede ser de interés de las empresas que necesitan de transporte. La esclusa y la autoridad internacional darían a la hidrovía otra performance y otra actuación regional. La hidrovía es un proyecto simbólico de integración regional”, resaltó.

Barbosa consideró que la hidrovía Paraguay- Paraná, la negociación de Itaipú y el Corredor Bioceánico deberían ser focos de la relación entre Paraguay y Brasil en los próximos años.

Sobre el corredor de importación-exportación que sale del puerto de Santos, en San Pablo, pasa por Brasil, Paraguay, Argentina y va a Antofagasta, Chile, dijo que permitiría ahorrar costos, al evitar el paso por el Canal de Panamá para llegar al mercado de Asia.

En ese sentido, señaló que tanto los tramos de Paraguay como los de Argentina que necesitan ser completados podrían estar terminados para el año 2025.

“Nosotros tenemos que ayudar a esta integración y volver la atención a los problemas regionales para brindar oportunidades regionales, para aumentar la participación de todos, como en Asia, los países asiáticos tienen reuniones periódicas para examinar cómo pueden cooperar, cómo pueden integrarse. Nosotros no tenemos, tenemos el Mercosur que no avanza como podría, por problemas distintos”, afirmó.

Al referirse al conflicto comercial y tecnológico entre Estados Unidos y China, Barbosa indicó que a su criterio Brasil deberá mantener una posición de independencia y equidistancia, para no comprometer la relación con EE.UU y, al mismo tiempo, poder atraer inversiones asiáticas. Refirió que actualmente, la inversión extranjera en Brasil proviene básicamente de Asia y de Europa.

“China está invirtiendo significativamente en Brasil en líneas de transmisión y energía solar. También se registra un aumento de inversiones de Corea del Sur, Tailandia y Singapur”, puntualizó.

También habló de que el “vacío” que dejaron las empresas norteamericanas en Brasil está siendo ocupado por China. En los últimos 15 años, Brasil está cada vez más dependiente económica y comercialmente de Asia, mencionó.

Por su parte, Yan Speranza manifestó que Brasil quiere tener una posición internacional muy importante, primero en producción de alimentos, ya que el mundo necesitará aumentar en un 70% la producción para el 2050 y Brasil juega un rol fundamental en esa área. Sobre la intención de volver a la visión regional, recordó la importancia que tiene Brasil como líder de la región.

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