Fue publicada la nueva edición del Índice Global de Crimen Organizado, elaborada de forma bianual por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, que indica un aumento en la calificación de “criminalidad” de Paraguay en comparación con el año antepasado.
El nuevo informe calcula en un 7,52 el índice de criminalidad de Paraguay, por encima del 6,70 asignado en 2021. Esa calificación es la cuarta más alta entre los 193 países analizados, la tercera en las Américas y la segunda en América del Sur.
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El informe destaca que, en los últimos años, Paraguay se ha convertido en un factor importante en el tráfico de armas en la región, con organizaciones criminales brasileñas valiéndose de la corrupción reinante para importar fácilmente armas ilegales.
Señala también como un factor importante el contrabando de cigarrillos desde Paraguay, particularmente hacia Brasil, indicando que alimenta y financia el tráfico de drogas y armas.
Narcotráfico
“Paraguay es conocido como un país de tránsito y destino para el tráfico de cocaína y se ha vuelto en mayor medida un país fuente (de producción de esa droga) en los últimos años”, señala el reporte, indicando además que la logística del tráfico de cocaína en Paraguay incluye a actores que van desde granjeros hasta terratenientes, oficiales de policía y miembros de la élite política del país.
El informe también destaca la posición de Paraguay como el mayor productor de cannabis ilegal de Sudamérica, de nuevo indicando que el mercado de marihuana es controlado por “élites locales con el apoyo de actores estatales” militares y civiles, además de un aumento reciente en la producción de drogas sintéticas en el país.
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“Los mercados criminales en Paraguay tienen mucha influencia y apoyo de figuras dentro del Estado, desde agentes de seguridad de bajo rango hasta funcionarios de élite”, reza el informe. “Estas figuras (…) crean obstáculos para la persecución de criminales y mafiosos”, añade.
Según el análisis, la corrupción en Paraguay “está tan arraigada en la sociedad que es constante sin importar quién gobierne”.
“De hecho, la economía ilegal es clave para los partidos políticos del país, que supuestamente son financiados por poderosos contrabandistas y narcotraficantes”, agrega.
“Falta de voluntad política”
También se destaca una aparente “falta de voluntad política” por parte del Estado para contrarrestar las crecientes actividades de lavado de dinero a través de la compra de tierras” y otros activos en Paraguay.
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El informe señala, sin embargo, una ligera mejoría en el índice de “resiliencia” de Paraguay ante el crimen organizado, citando avances en transparencia como la creación de la Ley de Contrataciones Públicas, pero cita muchas flaquezas persistentes en la capacidad del país para combatir la criminalidad, incluyendo la debilidad de las agencias estatales de control de la corrupción o la falta de independencia y la politización del Poder Judicial.