“Nunca se rindan”: la lucha de un adolescente por su identidad

Kevin un adolescente huérfano con 18 años recién cumplidos, así como a muchos le tocó enfrentar momentos muy duros en corta edad, y la mayor parte vivió indocumentado. Hoy se muestra agradecido con quienes lo ayudaron a obtener su identidad y le animaron a perseverar. “Nunca se rindan” es su mensaje para quienes están luchando por sus derechos.

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El pasado 18 de setiembre Kevin cumplió 18 años y en esta etapa es consciente de la importancia de tener una identidad, lo cual que le permite acceder a sus derechos básicos como todo paraguayo, a la salud, estudiar, trabajar y desarrollar sus sueños, movilizarse sin temor.

Emocionado por haber llegado a su mayoría de edad, solo brotan palabras de gratitud y esperanza de un joven luchador y lleno de fe. “Lo que puedo decir a la gente es que nunca se rindan, que todo se puede con Dios. Lo que yo pasé si no fuera por Dios que puso en mi camino personas que me ayudaron, no lo iba a poder lograr” expresó

Durante el proceso de espera por sus documentos, Kevin manifestó que fue muy difícil para el porque necesitaba de la cédula para retomar sus estudios y poder trabajar, incluso para movilizarse libremente.

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Quería seguir estudiando

“No da gusto estar sin cédula yo quería demasiado seguir estudiando y no podía avanzar, ya que en todos lados siempre me pedían mi documento”, recordó.

Kevin obtuvo su cédula a comienzo de este año, tras un burocrático proceso que duró casi cuatro años. Pudo realizar una nivelación escolar concluyendo hasta el 7° grado, y espera poder seguir estudiando el próximo año. Actualmente está trabajando en una carpintería y ayudando a la familia que lo acogió en Pedro Juan Caballero.

“Agradezco mucho a todos los que me ayudaron a mi familia del Chaco y mi familia de Pedro Juan que siempre estuvieron luchando a mi lado para que yo tenga mi documento. Ellos me animaban en todo tiempo me alentaban para no desistir” indicó.

Encontró apoyo

Destacó que el apoyo de quienes le brindaron acogimiento familiar que fue muy importante ya que en ese tiempo en varias ocasiones quiso desistir de todo eso. “Pensaba que ya no iba a salir y que cuando sea mayor de edad nomás iba a poder gestionar. Pero gracias a Dios que puso en mi camino personas que me dieron apoyo y aliento en todo momento para no desistir” afirmó.

Kevin declara que en su proceso encontró una fortaleza en la fe y asiste a una iglesia cristiana donde es parte del grupo juvenil, integra el coro y teatro. Espera igualmente que a partir de su experiencia, también pueda ayudar a otros niños y adolescentes a perseverar en su lucha por sus sueños y sus derechos.

De casa en casa, Kevin logró encontrar su lugar

Kevin es un adolescente lleno de vida e ilusiones que está superando las barreras en su paso. Está trabajando, estudiando, le gusta el futbol y activa en un grupo juvenil de la iglesia en su comunidad

De acuerdo a las versiones de los testigos, Kevin habría nacido el 18 de setiembre del año 2005, en la localidad de Ytororó, Departamento Central, de la mano de una partera. No fue ingresado en un hospital por lo tanto, no existía datos exactos sobre su fecha de nacimiento.

A Kevin le tocó una infancia dura, marcada por la extrema pobreza, la enfermedad de su madre y la dejadez de quienes debían protegerlo, que le limitaron a vivir gran parte de su niñez y adolescencia indocumentado, no había registros de su existencia.

Los graves problemas de salud de madre derivados del alcoholismo, la llevaron a un deterioro total y falleció en el 2015. Kevin tenía 10 años en ese entonces y quedó al cuidado de una madrina y de vecinos de la zona. Sus hermanos fueron acogidos por otros parientes, con los cuales sigue en contacto hasta hoy.

Reacomodarse a su familia y escuela

El adolescente tenía 13 años cuando se realizó la intervención a principios del 2019, se gestionaron los trámites para la guarda temporal con una familia acogedora con la cual convivió por casi dos años en una primera etapa en la ciudad de Ñemby y luego Puerto Guaraní, Chaco Paraguayo. Con esta familia empezó un proceso de adaptación, y de retomar la escuela, ya que hasta ese entonces tenía hecho hasta el segundo grado.

Reencuentro con su padre biológico

Con el propósito de reintegrarlo a su familia biológica, se logró ubicar a su padre en Pedro Juan Caballero, y emocionado fue hasta esta ciudad con la ilusión de encontrarse con su progenitor. Las cosas no salieron tan bien, su padre ya tenía otros hijos y esposa, y no logró entenderse con ellos, y finalmente huyó de su casa, quedando nuevamente en la calle en una situación de riesgo y peligro. Algo de lo cual Kevin es consciente hoy es que pasó por muchas situaciones que pusieron en riesgo su vida. “Dios me guardó en todo tiempo”, comentó emocionado.

Herido y con la rebeldía de la edad a cuestas fue que llegó a su vida otra familia de buen corazón en la ciudad de Pedro Juan Caballero que lo acogió y ayudó a reponerse y que lo siguen acompañando hasta hoy en día.

Más trámites en la frontera

Debido a que Kevin cambió de residencia, tras la resolución del Juzgado de Lambaré se prosiguió el trámite en el Departamento de Identificaciones de Pedro Juan Caballero, en este proceso guiado por el abogado Efraín Ríos quien de manera voluntaria asesoró al adolescente y realizó los trámites por el.

Debido a que es una ciudad fronteriza, hay otros documentos adicionales como el certificado de no estar inscripto en Brasil, que exigían para poder realizar la cedulación, o sea que no bastaba solo la ordenanza judicial. Todo esto además del tiempo y gestión, también implicó gastos extras, lo que demuestra lo difícil que es hacerse de una cédula que por derecho le correspondía a cada paraguayo.

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