Cada 10 de setiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. El doctor Marcos Capurro, presidente de la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría, habló sobre esta problemática y recordó la importancia de hablar de la salud mental.
“Es un tema bastante delicado que a veces esa cualidad (trágica) que tiene hace muchas veces que tratemos de esconderlo, no abordarlo, no hablarlo, y esa es la problemática con la cual tenemos que combatir. Nosotros tenemos que hablar de esto. El suicidio es una situación que existe y no porque la dejemos de hablar deje de existir”, planteó.
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El especialista señaló que se debe perder el miedo a hablar del suicidio, debido a que la desestigmatización es una de las herramientas más importantes para la prevención.
“El suicidio existe, es una realidad a nivel mundial. Hay 700.000 a 800.000 personas que se suicidan en el mundo por año; en nuestro continente se suicidan 80.000 al año y es la tercera causa de muerte entre 20 y 24 años. Está superada por accidentes de tránsito. Es algo realmente alarmante. En el mundo, una persona se suicida cada 40 segundos”, manifestó.
En Paraguay hay números muy recientes: según un estudio que se hizo en la Cátedra de Psiquiatría de la Universidad Nacional de Asunción, desde el 2004 hasta el año pasado se suicidaron 5.600 adultos y más de 9.000 niños y adolescentes.
Según el mismo estudio, la tasa de muertes por suicidio es de 2,99 en menores de 18 años. Tres de cada 100.000 niños o adolescentes se quitaron la vida en el año 2022.
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“Eso esa alarmante, porque el futuro de cualquier sociedad está en esa población y que esté sufriendo situaciones que los llevan a hacer ese tipo de actos es preocupante”, expresó.
El médico indicó que el 90% de los suicidios corresponden al contexto de un transtorno mental, habitualmente depresión o ansiedad muy severa. Por ese motivo, una detección temprana de estas patologías es fundamental para que la persona, en vez de ir en picada y hacia el suicidio, empiece a mejorar. “Y esto se hace con intervenciones psicológicas y a veces medicamentosas”, puntualizó.
El suicidio: signos de alarma
- Hablar del tema: cuando una persona habla de suicidio o ideas existencialistas, expresiones como “desearía no haber nacido” o “nadie me va a extrañar”. Son expresiones que hay que tomarlas muy en serio, porque tienen un transfondo de que probablemente esta persona esté pensando el doble o el triple de la intensidad.
- Adquirir armas: cuando una persona compra inesperada o sorpresivamente un arma o elementos potencialmente peligrosos.
- El sospechoso almacenamiento de pastillas tiene que llamar la atención.
- Aislamiento: si alguien se aisla más de lo habitual, si anteriormente era una persona sociable pero empieza a retraerse y está más tiempo en la casa, en soledad.
- Cambios de humor más repentinos: cuando pasan de la irritabilidad a estar muy tristes, para luego en pocos días estar muy contentas. Esas inestabilidades hacen que la toma de decisiones sea muy impulsiva.
- Manifestaciones de desesperanza: cuando una persona expresa que no encuentra más soluciones a situaciones que está atravesando, o claramente dice que ya nada tiene sentido.
- El aumento del alcohol y otras drogas: estos son “compañeros” muy frecuentes de los intentos de suicidios, porque “enmascaran el dolor” y hacen que la decisión que vayan a tomar se sienta menos dolorosa.
- Cambios de rutina: si falta mucho al trabajo o descuida sus estudios.
- Actividades riesgosas que antes no hacía: conducir a muy alta velocidad o realizar actividades extremas que antes no practicaba.
- Regalar cosas: deshacerse o repartir sus pertenencias, cancelar deudas a ritmos muy acelerados o hacer transferencia de bienes (un signo muy común en adultos mayores).
- Despedidas: muchos suicidios van a acompañados de cartas o despedidas muy afectivas.
¿Qué hacer para prevenir el suicidio?
El doctor Capurro señaló que si una persona adopta ese tipo de comportamientos, es importante el acercamiento de todos a su alrededor, sobre todo el entorno más cercano.
“Si presenta ese tipo de comportamientos, es un buen momento para acercarse y preguntar qué le pasa, en qué pueden ayudar. Si no colabora con esas preguntas, hay que llamar al hermano, la mamá o el papá, comentar que se lo notó extraño. Actitudes como esas pueden prevenir algo muy lamentable”, agregó.
El médico aseguró que esos comportamientos son como un “último manotazo” que está dando la persona para no llegar a tomar esa decisión. “No ser indiferentes; cuando vemos una cosa así, acercarnos y preguntar”, exhortó.
“Un simple ‘qué tal estás’ o una pregunta tan sencilla como esa, que dura mucho menos que 40 segundos, puede prevenir un suicidio, porque a lo mejor puede ser una oportunidad para que la persona se abra y diga ‘sabés qué, estoy súper mal’”, manifestó.
Explicó que las intervenciones en momentos de crisis tienen distintos niveles, que no son necesariamente procesos psicoterapéuticos, sino que muchas veces se inician simplemente con el “escuchar” y dar orientaciones. “Por ejemplo: ‘andá a consultar, conozco un psicólogo o psiquiatra que es muy bueno, yo tuve la experiencia, el cura de mi parroquia me ayudó mucho, mi pastor me ayudó mucho’... Esas intervenciones de las redes sociales de apoyo son demasiado útiles”, planteó.
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En ese sentido, recalcó que lo que se requiere es perder el miedo y empezar a hablar de estos asuntos de problemas de salud mental y, sobre todo, los conceptos de suicidio.
Finalmente, dijo que es un “mito” la idea de que hablar del suicidio implanta la idea de suicidarse. “Esa es una mentira. Hablar del suicidio puede prevenir el suicidio (...) Comunicar el suicidio, de manera saludable, también contribuye a la prevención del suicidio”, manifestó.
A dónde acudir ante crisis de salud mental
Ante una crisis de esta índole, hay dos centros a los que se puede acudir: uno de ellos es el Hospital Psiquiátrico: (021) 290-101 y (0983) 588-791. También se puede recurrir al Hospital de Clínicas de San Lorenzo, cuyo contacto es el (0962) 440-001.