Una veintena de mujeres se dedica diariamente a la venta de pescados a orillas del río Paraguay en el barrio San Rafael de Mariano Roque Alonso. Denunciaron que todas las noches jóvenes adictos, conocidos como “chespis”, roban sus elementos de trabajo causando un gran perjuicio.
“Nada ya podemos dejar; llevan nuestro isopor, cuchillos, tablas, sillas, lo que dejes. Para nosotros es un perjuicio; somos todas mujeres y pedimos con urgencia que las autoridades de la Municipalidad, de la Gobernación y del Ministerio del Interior, atiendan nuestro pedido. Queremos que la Policía haga más patrullaje en este lugar”, dijo una de las trabajadores del lugar.
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Las trabajadoras piden ser recordadas por las autoridades de la Municipalidad local, por el gobernador de Central, Ricardo Estigarribia (PLRA), y por el ministro del Interior Enrique Riera (ANR). Lamentaron que las actuales autoridades solo hayan visitado el sitio durante la campaña electoral para hacer múltiples promesas, pero que luego ya no aparecieron.
Venta de pescados y comedores
En este lugar también están ubicados los comedores donde diariamente, incluso días feriados, ofrecen exquisiteces elaboradas a base de pescado, como caldo de surubí, milanesas, romanitas, cazuelas, chupín, empanadas, entre otros. Cuestan entre G. 15.000, G. 20.000, G. 30.000, G. 40.000 por porción.
Los precios de los ejemplares frescos de surubí, boga, pacú, dorado, mandi´i, tare’ýi, y otros es G. 30.000, G. 40.000. G. 50.000 y G. 60.000 el kilo.
Tanto las pescaderías como los comedores atienden de lunes a domingos y también en feriados desde las 07:00 hasta las 17:00.
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Existe promesa de mejoras para el barrio
La intendenta de la Municipalidad de Mariano Roque Alonso, Carolina Aranda (PLRA), anunció que ya se encuentran trabajando en un ambicioso proyecto para hermosear la zona de las pescaderías y los comedores en el barrio San Rafael.
El proyecto se realizará con la ayuda del sector privado, aseguró Aranda. Agregó que el plan contempla la construcción de un mirador, un espacio para los aficionados a la pesca y también un espacio verde para el esparcimiento y la realización de actividades al aire libre.
Asimismo, mejoras de los accesos al lugar. La jefa comunal afirmó que las empresas privadas interesadas en invertir en el proyecto incluso desean revitalizar las instalaciones de las vendedoras de pescado, teniendo en cuenta, principalmente, que este sitio se inunda cada año con la crecida del río Paraguay, situación que obliga a las trabajadoras a reubicarse en la calle.