Fugitivo con notificación roja de la Interpol opera impunemente en Canindeyú

El presunto capo narco Felipe Santiago Acosta Riveros (40), alias Macho, fugitivo de la justicia paraguaya y de la brasileña, opera impunemente en el departamento de Canindeyú. Supuestamente tiene unas 150 hectáreas de marihuana y baja periódicamente cargas de cocaína en varias pistas clandestinas.

Felipe Santiago Acosta Riveros, alias Macho.
audima

Pese a contar con orden captura internacional, notificación roja, en Paraguay por un asalto con derivación fatal y fuga de la penitenciaría regional de San Pedro y en el Brasil por el asesinato de un efectivo de la Policía Federal en Mato Grosso del Sur, Macho deambula tranquilamente por todo el departamento de Canindeyú con un séquito de maleantes munidos con armas automáticas, según fuentes de Inteligencia.

Macho figura entre los criminales más buscados del país junto a Waldemar Pereira Rivas, paraguayo, de 41 años, alias Cachorrão, y Mario Marcio Oliveira Santos, brasileño, de 38 años, alias Neguiño.

De acuerdo con los datos que manejan los investigadores, Macho apoyado por su gavilla de pistoleros cometió una serie de atropellos a personas particulares como a instituciones públicas en distintas localidades del departamento de Canindeyú, sin embargo, estos hechos no salieron a luz pública ya que no fueron denunciados por las víctimas, por miedo a represalias.

Fugitivo contaría con protección policial

Igualmente, el presunto capo narco también contaría con la protección de un grupo de efectivos policiales corruptos de la zona. Según nuestras fuentes, algunos de estos uniformados fueron trasladados debido a que operaban como informantes de la organización criminal, que contaría con tres fusiles calibre .50, en su arsenal.

De acuerdo con las denuncias, Macho tiene unas 150 hectáreas de marihuana en la zona de Brítez Cue, muy cerca de la reserva natural del Mbaracayú; igualmente, el presunto capo narco considerado extremadamente peligroso, debido a su adicción a las drogas, maneja una serie de pistas clandestinas en aquella inhóspita región, donde baja semanalmente entre cinco a seis avionetas con cargas de cocaína, que luego son enviadas hacia el Brasil vía terrestre.

Estas operaciones supuestamente generan multimillonarias ganancias a la facción criminal dirigida por Macho, que según las denuncias ya se volvió incontrolable para los organismos de seguridad en el departamento de Canindeyú, indicaron.

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