Día de los abuelos: celebran una misa y un karu guasu en el Bañado Sur

Una misa y un karu guasu se realizarán en el Bañado Sur, zona Cateura, a partir de las 10:30 de este miércoles en 41 Proyectadas y Capitán Figari de Asunción. Marisa Román viuda de Prieto se dedica a esta actividad además de otros voluntarios de la iglesia católica que dan de comer a cientos de abuelos que acuden al lugar a la hora del almuerzo y allí encuentran un plato de comida calentita.

Los abuelos del Bañado Sur asistirán a una misa y karu guasu en su día.Gentileza
audima

Marisa Román viuda de Prieto, del Bañado Sur, zona Cateura, comentó que la organización social comunitaria “José Valpuesta y Francisco de Paula Oliva (Paí Oliva)” da de comer a los abuelos más humildes desde hace 20 años.

Hoy, la iglesia católica celebra a Santa Ana y San Joaquín, los abuelos de Jesús, por ello harán una misa y un karu guasu en el Bañado Sur, zona Cateura. El padre Rubén Ruiz Díaz será el celebrante, y el párroco paí José Dolores, co-celebrante.

Las personas de entre 65 y 95 años llegan aquí a diario y encuentran un espacio limpio, amplio y un plato de comida a la hora del almuerzo.

También se les brinda fisioterapia, tres veces a la semana, de manera gratuita, según dijo Marisa.

En homenaje a Santa Ana y San Joaquín los abuelos celebrarán su día gracias a los voluntarios del Bañado Sur.

Día de los abuelos moviliza a voluntarios de la iglesia católica

“Nos manejamos con autogestión y con ayuda de personas solidarias de la Iglesia Católica, Cristo Rey, Sagrados Corazones, grupos de colores, cursillos, y también de un grupo de la iglesia de taiwaneses”, explicó.

A los abuelos que permanecen encamados les llevan alimentos y frazadas, este año completaron 105 entregas.

La familia que los atiende aquí se conforma de voluntarios que vienen a limpiar y cocinar puchero, guiso de arroz, vori vori y otras delicias.

Los sábados son los del grupo de cursillos los que traen sus propias comidas o vienen a cocinar. Es una Comunidad de vida cristiana que fundó el padre Luis Caravias, ya fallecido, amplió la voluntaria.

A estas horas ya están llegando, mientras las cocineras se esmeran con el tallarín de gallina casera que promete dar una alegría a los abuelos.

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