Promeseros de diversas edades comenzaron a llegar desde la noche del sábado 22 de julio y la madrugada de ayer a la capilla erigida en honor de San Francisco Solano en la compañía Minas del distrito de Emboscada. El programa central de la festividad se cumple hoy desde las 07:00 y como cada año los devotos ataviados con trajes elaborados de plumas de gallinas y otras aves, con máscaras de madera, tela o caretas de material acrílico, harán el tradicional rito del Guaikuru Ñemonde.
Al son de tambores, armónica y platillos los emplumados ofrecerán danzas al patrono. Es la forma como los promeseros renuevan su fe cristiana y su dignidad de persona.
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Se cree que usan el traje hecho de plumas para imitar a los pájaros que le cantaban al protector en su lecho de muerte en un convento franciscano, en Perú. Otra teoría señala que sería en homenaje al amor que el santo le tenía a la ecología.
Según la historia, San Francisco Solano amansaba a los nativos salvajes con la música de un violín para evangelizarlos. Por eso se cree también que el culto se habría originado como inspiración en ese gesto del patrono de Minas. En lugar del violín, los guaikurúes usan tambores, armónicas y platillos para honrar a su protector.
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La capilla de Minas fue construida hacia el año 1933, aunque la pintoresca tradición del Guaikuru Ñemonde comenzó a finales de la década de 1910 y la imagen del patrono fue tallada en madera por un artesano de Tobatí, según la reseña que se difunde en la comunidad.
San Francisco Solano es también tenido como el patrono del folclore argentino, vicepatrono de América y gran apóstol de América del Sur. Murió a los 61 años de edad en 1610 en la capital de Perú, Lima, donde fueron enterrados sus restos.