Según los datos, la víctima y su abuela se dirigieron al local de la Defensoría Pública de San Juan Nepomuceno, para un trámite legal, a raíz de que la madre de la niña falleció recientemente. Estando ya en el local del Ministerio de la Defensa Pública de San Juan Nepomuceno, la defensora pública en el fuero penal, Lizza Troche, recibió una información confidencial, de que la niña era abusada sistemáticamente por su tío materno.
La defensora comunicó la situación a su colega, el defensor público de la Niñez y la Adolescencia, Juan Manuel Leiva Bastos. Los funcionarios apartaron a la criatura para conversar con ella, quien contó el martirio que estaba sufriendo en poder de su tío y que su mamá se enteró del abuso y posiblemente denunció el delito en la ciudad donde vivía, pero nunca se le hizo caso.
Los defensores sospechan de que la abuela de la víctima estaba enterada de la violación porque la víctima asegura que varias veces ella (abuela) le dijo que nadie le iba a tocar más. Es decir, habría estado al tanto de lo que pasaba, pero no quiso denunciar a su hijo.
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Además, la víctima mostraba mucho temor de su abuela y se aferraba a otra persona que estaba en el lugar. Al final, el defensor público de la Niñez y la Adolescencia, Juan Manuel Leiva Bastos, ordenó la exclusión de la niña del hogar familiar y encargó la guarda a una pareja de esta ciudad.
El Juzgado de Primera Instancia de la Niñez y la Adolescencia, a cargo de Maribel Duarte, abrió un proceso sobre Medida Cautelar de Cuidado Alternativo ordenando varias diligencias legales, con asistentes sociales y sicólogos.
Igualmente, el defensor público de la Niñez y la Adolescencia, Juan Leiva, comunicó los antecedentes al fiscal de la Niñez y la Adolescencia, Carlos Mercado.