Ejemplo de humanidad: jóvenes aché dedicaron el día en la tarea cuidar a los ancianos de su comunidad

VILLA YGATIMI, departamento de Canindeyú. Munidos de rastrillos, escobas, equipos de aseo personal, y principalmente de mucha humanidad, desde el viernes recorren las viviendas de los abuelos a quienes limpian sus casas, los asean y comparten con ellos agradables momentos de charlas. Se trata de un grupo de jóvenes de la comunidad aché Chupapou, que puso en marcha un proyecto que consiste en bridar todo tipo de cuidado a los ancianos de la comunidad.

Los jóvenes indígenas aché, en un gran gesto de humanidad, visitaron a sus ancianos; compartieron con ellos el día, los asearon y limpiaron sus casas.GENTILEZA
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La idea lo tuvo el joven aché Benito Urugi Chevegi Fu’agi, quien tras los festejos del Día del Maestro que realizaron en su comunidad el jueves, invitó a sus amigos y rápidamente conformaron un grupo de más de 10 jóvenes, varones y mujeres, quienes primerito visitaron la casa del abuelo Lucio Chevugi.

Los jóvenes aché asearon a sus ancianos, les cortaron las uñas y a otros el cabello.

“Le limpiamos toda su vivienda, le lavamos su ropa, sus frazadas y luego lo aseamos, cortándoles las uñas, bañándole y vistiéndoles ropas limpias. Son personas adultas que viven solos y que por su edad ya no pueden cuidarse adecuadamente”, explicó Benito.

Un joven, con aprecio único, realiza su tarea de limpiar el pie del abuelo.

Luego pasaron a la casa de don Juancito Japegi donde cumplieron la misma tarea. Al abuelo de 70 años Le sacaron piques y piojos con toda la paciencia del mundo, ternura que al final terminó emocionando al septuagenario.

La noble iniciativa de los jóvenes Aché, que se repetirá una vez por semana, fue acompañado por toda la comunidad, que rápidamente colaboró con todo tipo de productos que permitió llevar a cabo la higienización de las viviendas.

Las jóvenes limpiaron sus ropas y las sábanas de los abuelos.

Líderes y pobladores, encabezado por el cacique Pablo Kuaregi, aplaudieron la aptitud y se emocionaron por la calidez demostrada con los adultos mayores y les incentivaron a que continúen con tal loable iniciativa.

“Cómo me alegra la idea de Benito. Qué bueno es esto que hacen. Pasen por mi casa yo también voy a aportar un poco de jabón y sigan siempre así. No les abandonen a nuestros abuelos”, señaló doña Margarita Velázquez, miembro de la comunidad.

Terminada la tarea en un hogar, el compartir con el abuelo, vale una foto.

También dio su apoyo y valoró la iniciativa el mestro Marciano Chevugi, quien dio la idea de colaborar un poco de combustible para hacer leña y llevarle a los abuelos. Dijo que hay mucho más por hacer y alegra los corazones ver que la juventud aché no se olvida de sus mayores.

La Chupapou es una comunidad indígena modelo, ubicada a 10 kilómetros del casco urbano de Villa Ygatimí. Allí la población trabaja armónicamente y presentan constantemente proyectos e ideas que desarrollan entre entre ellos. Son autosuficientes y en vez de esperar todo del Estado, ellos mismos se encargan de producir sus tierras y distribuir los recursos. Incluso aportan para la construcción de escuelas y otras obras de carácter público en su comunidad. Una vez cargaron una camionada de víveres y enviaron a sus los indígenas afectados por la inundación en el Chaco.

Los jóvenes se dividieron en grupos para prestar su servicio.

Perseguidos durante la dictadura lograron sobrevivir a la barbarie y ese asedio nunca terminó totalmente. Hace poco tiempo soportaron invasión de sus tierras por campesinos incentivados por sojeros brasileños que titulan sus posesiones gracias a la corrupción en los entes del Estado.

Entre los aché cada uno tiene su profesión, este peluquero se encargó de dejar "más joven" al abuelo.

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