Llegar hasta el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) u otro establecimiento dependiente del ente no es fácil para cualquier enfermo. El traslado se complica aún más cuando se tratan de pacientes crónicos que están en cama y requieren de una ambulancia.
El servicio, sin embargo, no está activo hace ya un mes según la denuncia de los familiares de pacientes nefrológicos que deben ingeniarse para que su ser querido con insuficiencia renal crónica reciba su diálisis.
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Con impotencia y lágrimas de desesperación, Laura González contó a ABC todo lo que deben hacer para que su marido, Alberto Núñez (53), llegue hasta el IPS para realizarse su tratamiento de diálisis semanal.
“Hace un mes que mi marido está sin el servicio de ambulancia. Él es un paciente de alto riesgo. Zapateamos, gritamos, pero no tenemos respuesta. Solo nos dicen que el IPS ya no dispone del servicio tercerizado porque adquirió ambulancias nuevas; pero donde están esas ambulancias”, reclamó la denunciante.
Alberto debe ir de tres a cuatro veces por semana hasta el Hospital Central para realizarse su diálisis. Su traslado y medicación implica un gasto sumamente alto que incluso ya dejó sin energía eléctrica a la familia.
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“Tomamos prioridades. Lo más importante es seguir vivos, contar con salud, pagar los remedios; el resto tiene que esperar. Fue así que no pagué por la electricidad y nos cortaron la luz”, dijo llorando.
Millonarios gastos por falta de medicamentos en el IPS
La falta de medicinas es otro de los problemas que afrontan los asegurados del IPS. Laura relató que los gastos que tienen se duplican por la falta de fármacos.
Como ejemplo, Laura contó que Alberto utiliza de 6 a 8 ampollas de eritropoyetina en cada sesión. El fármaco cuesta G. 215.000 cada uno, lo que suma un total de G. 1.720.000.
“Es difícil contar la intimidad de uno, pero nada se consigue si uno no grita en este país de mierda, donde los ladrones andan con los portones y puertas abiertas y son los grandes señores, mientras nosotros pataleamos y tenemos que pedir ayuda o vender empanadas para poder juntar y comprar la medicación”, dijo impotente en medio de lágrimas.
La familia Núñez González, que tiene tres niños, todos menores de edad, es tan solo uno de los cientos de casos que reflejan la desesperación en que viven los aportantes del seguro social, que pese a abonar mensualmente el 9% de su salario, deben comprar hasta el insumo más básico si quieren recibir atención médica.
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Laura recordó que este 30 de abril, está en manos de la ciudadanía saber elegir bien a los futuros líderes del país que a la vez son los responsables de exigir una atención digna para los más de 1.500.000 asegurados de la previsional.
ABC intentó conversar con alguna autoridad del IPS, pero desde la Dirección de Comunicación no facilitaron el contacto.