El obispo diocesano, Mons. Miguel Ángel Cabello Almada, encabezó la caminata junto a sacerdotes de la parroquia, fue acompañada por familiares de los tres secuestrados y cientos de feligreses. El prelado realizó una oración por la liberación de los tres, por la esperanza y fe e inició la procesión de la Virgen de los Dolores, que tuvo su primera parada en la cancha de la Cuarta División de Infantería.
Allí se realizó una recordación de los tres secuestrados y se encendieron numerosos candiles que formaron tres cruces gigantes. Luego se llegó a la explanada de la catedral donde se representó la décimo tercera estación del Vía Crucis.
También estaciones del grupo San Antonio acompañaron la actividad con rezos y cánticos lastimeros, la actividad finalizó tras la procesión del silencio con el Cristo Yacente.
La actividad fue organizada por el grupo Juventud Tesoro de Cristo (JTC) y fue acompañada por una gran cantidad de personas.