Por lo menos desde 2006 que Tomás Domínguez llega hasta Asunción para hacer reclamos en nombre de comunidades indígenas.
En dicho año, ya había encabezado una manifestación frente al local del Instituto Nacional del Indígena (Indi), exigiendo que se cumplan derechos como la titulación de tierras.
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Según registros periodísticos, en el 2006, Domínguez representaba a la comunidad Puentecita del departamento de Canindeyú.
Dos años después, Domínguez llevó a una cantidad importante de familias indígenas hasta la zona de Arroyo Guasu, en Coronel Oviedo. Allí exigió que el Indi transfiera a favor de esta comunidad unas 110 hectáreas.
Con el paso de los años, los hijos de Tomás, Eduardo y Arnaldo Domínguez, se sumaron como líderes de otras comunidades, todas de la zona de Caaguazú.
Movilizaciones encabezadas por los Domínguez se repiten desde 2006 hasta este año. Durante ese periodo se han ido sumando denuncias contra ellos.
El viceministro de la Niñez, Eduardo Escobar, denunció en ABC Cardinal, la semana pasada, que Tomás Domínguez manipula a los indígenas y sobre todo, que utiliza a los niños y niñas para presionar.
Dijo también que habían denunciado a los Domínguez de haberse quedado con provisiones que había entregado el Indi entre los años 2011 y 2013 a sus comunidades.
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Arnaldo Domínguez, dijo ayer a ABC TV que consiguieron el compromiso por parte del presidente del Indi, Pablo Santacruz, de que gestionarán todos los pedidos que le hicieron.
Los Domínguez repiten que no existe manipulación, sino que la única forma que encuentran para que las autoridades les tomen en cuenta, es tomando medidas extremas.
Comunidades volvieron a sus tierras
Ayer, cerca de la media mañana, empezó el traslado de los poco más de 500 indígenas que llegaron el último fin de semana y se instalaron frente al local del Indi, sobre la avenida Artigas, en Asunción. Los nativos llegaron desde Coronel Oviedo, San Joaquín y Caaguazú.
Los indígenas solicitan la regularización de sus tierras -en muchos casos, la situación lleva años sin resolverse- la instalación de agua potable y sistema de electricidad, la habilitación de espacios educativos y becas para los jóvenes indígenas.
Según los propios líderes que estuvieron los últimos días acampando sobre la transitada avenida Artigas, de las 580 personas que estaban frente al Indi, al menos la mitad eran niños y niñas.
Estos estaban conviviendo en el lugar en condiciones infrahumanas, durmiendo en el piso, sin baños y resguardándose del calor o la lluvia bajo improvisadas carpas.