La organización ambientalista WWF es libre de emitir sus opiniones y nadie puede intervenir en ese sentido, pero es importante que se sepa que la misma forma parte de un movimiento internacional de onegés, que bajo el manto de la protección del ambiente busca incidir para que disminuya el consumo de carne, explicó el titular de Asociación Rural del Paraguay (ARP), Dr. Pedro Galli.
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Desde el punto de vista de la Rural, en el fondo la problemática se presenta como una cuestión de competitividad, porque países europeos, no pueden competir en la producción de carne con los países del Mercosur y menos aún en la producción de manera sostenible, como lo hace el Paraguay y nuestros vecinos de la región, según indicó.
“Nuestro país, al igual que otros de la región, trabaja bajo normas y legislaciones apropiadas y adecuadas, lo que nos convierte en un territorio con un balance positivo en materia de carbono, porque contribuimos muy poco en la emisión de gases con efecto invernadero, 0,09% de las emisiones mundiales, pero somos un gran sumidero de carbono”, manifestó Galli.
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Insistió en que Paraguay tiene un balance positivo en cuanto al carbono y añadió que el consumo de carne está ligado a la cultura alimenticia de cada país y que en el nuestro el consumo es alto. Además, en la evolución de la especie humana, tal como la conocemos hoy, con el desarrollo de la inteligencia, está relacionada con el consumo de proteína de roja.
“Por lo tanto, la ARP rechaza que esas manifestaciones sean dirigidas hacia nuestro país, Cada uno es libre de elegir la dieta que considere adecuada y a la cual tiene acceso”, finalizó.
Estudio dirigido a Austria
Respecto al tema referido por Galli, la referente de la ong WWF, Ing. For. Cristina Morales confirmó que a nivel mundial se proponen muchas estrategias para combatir el cambio climático y que una de ellas está relacionada con la disminución de la emisión de gases metano, por eso se hizo un llamado a los países, pero que el Paraguay no se adhirió a esa iniciativa.
Sin embargo, comentó que el tema replicado por el sector productivo, el estudio de WWF que propone consumir menos carne, se hizo para Austria, teniendo en cuenta los hábitos de alimentación que en ese país tienen y enfatizó que no se apunta al Paraguay.
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Varios antecedentes
Uno de los antecedentes de la campaña para reducir el consumo de carne bovina ocurrió a finales del año pasado, en el marco de la 27 Conferencia de las NN.UU sobre Cambio Climático (COP27) (6 noviembre al 18 noviembre de 2022), en Sharm El Sheij, Egipto, donde se planteó la firma de un pacto internacional que hubiera implicado para nuestro país una renuncia al potencial ganadero, porque le hubiese comprometido a reducir su hato bovino, así como a limitar extensiones de cultivos.
De haberse aceptado el pacto de referencia hubiera significado para el Paraguay la asunción de un compromiso para reducir su hato de ganado de cerca de 14 millones a unos 10.200.000, cuando que el potencial del país es de unos 25 millones de cabezas.
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Otro hecho similar que antecedió a la campaña de comer menos carne de WWF se registró en enero del 2020, cuando las NN.UU, desde la cuenta @ONU_es lanzó un tweet que generó la total desaprobación del sector productivo agropecuario paraguayo y de la región, que decía cuanto sigue: “Comer menos carne ayuda a ahorrar agua y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global”.
Mucho tiempo antes, en abril del 2010, el entonces presidente del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semilla (Senave), Miguel Lovera, que figuraba por entonces como miembro de la ONG Iniciativa Amotocodie,instaba en esos tiempos a los europeos a no comprar carne producida en el Chaco paraguayo, supuestamente para “frenar la deforestación para preservar el hábitat de los ayoreos ais-lados”.